Había una vez una pandilla de hámsteres que vivían tranquilos en su jaula de laboratorio. Comían, se paseaban, parían, olisqueaban... y alguna vez los machos se peleaban, pero nada grave. Entonces, a Elliott Albers, jefe del director del Centro de Neurociencia del Comportamiento de la Universidad de Georgia, en EEUU, se le ocurrió probar un experimento con la tecnología de cortapega molecular CRISPR-Cas9 que se usa para modificar instrucciones genéticas. ¿Qué pasará si bloqueamos la acción de un receptor neuronal en el cerebro (el AVpr1)