Un estudio de Stanford revela que los trabajadores de 20 a 25 años y profesiones como intérpretes, traductores, periodistas y desarrolladores de software son los más expuestos a la inteligencia artificial. En cambio, oficios físicos y especializados, como operadores de dragas o plantas de agua, parecen tener el futuro asegurado. En la lista de otro informe paralelo publicado por Microsoft aparecen intérpretes, traductores, historiadores, periodistas, asesores financieros y representantes de ventas, además de programadores y redactores.