Lo primero que me gustaría decir, para que no haya dudas, es que cuando vamos de congreso, los científicos estamos trabajando. Esto no habría que recalcarlo, pero parece que cuando una persona trabaja en una empresa privada viaja por obligación, pero cuando lo hace para un organismo público es por placer. La gente nos imagina bebiendo daikiris en la playa de Cancún, cuando resulta que estamos madrugando para asistir a una charla plenaria a las 8.30 y pegarnos por conseguir algo de comer en el coffee break.
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He estado en muchos congresos en los que se despedorran millones de euros entre vuelos, hoteles, dietas, fees astronómicas, etc. Y luego se dice que se invierte poco en la investigación.
Al final te puedes pegar una semana de vacaciones gratis en un destino paradisíaco a cambio de dar una… » ver todo el comentario
Pero si miras el listado que he puesto, en todas partes cuecen habas. Hay de todas las especialidades, no solamente médica.
También es verdad que algunas conferencias tienes suerte si hay café malo en vaso de plástico y una caja de campurrianas.
Pero las buenas de verdad son un escándalo.
Es lo que hay. En cualquiera de mis entornos que frecuento (amigos del pueblo, amigos / familia de mi pareja) es normal todo tipo de improperios hacia los empleados públicos, a veces creo que lo hacen a sabiendas que en los grupos de whatsapp donde dicen esas barbaridades habemos algún funcionario como yo. Lo he asumido y básicamente jamás hablo de trabajo, ni de promociones, ni de condiciones, ni de dinero con ellos.
Lo curioso es que coincide que todos estos son autónomos o perfiles altos de empresas (como CEO), pero entre sus mujeres hay mayoría de funcionarias y opositoras.