Aprovechando que hacía días que no pasaba por casa, un empresario decidió llevar a su hija por el campo para que, por una parte, supiera lo ricos que eran y, por otra, se diera cuenta de lo pobres que podían ser algunas personas. Cogieron un coche descapotable y fueron observando a la gente trabajando en las tierras, con tractores, bajo el sol... -Mira esa granja -le dijo el padre-, la que está al lado del lago, ahí vive una familia humilde pero buena gente, vamos a saludarles. Ambos bajaron del coche y llegaron a la granja. …