China ha detenido sus compras de soja a Estados Unidos en los últimos meses, una medida que se considera un intento calculado de presionar a la administración Trump en medio del aumento de las tensiones comerciales. La suspensión por parte de Pekín marca un fuerte deterioro en las relaciones comerciales agrícolas entre Estados Unidos y China, y ha sacudido el corazón del sector agrícola estadounidense.