El 6 de agosto, TVE emitía un extenso reportaje sobre la figura de Juan Carlos. Es un trabajo el cual, juzgando desapasionadamente, debe ser calificado de hagiografía. En paralelo, se refuerza el conjunto de voces que nos recuerdan que el excomisario Villarejo "es un corrupto" y Corinna Larsen una persona "despechada". Ambas cosas pueden ser ciertas. Pero se olvida que la investigación abierta, antes en Suiza que en España, lo fue por una Fiscalía. No se inicia un procedimiento de estas características (...) simplemente por habladurías...
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vertele.eldiario.esPor España y contra el rey.
https://www.traficantes.net/libros/por-espa%C3%B1a-y-contra-el-rey
Definitivo, el concepto «patrimonialización de un cargo público».
El alfa y el omega del robo a los españoles.
La monarquía ya es el mayor escollo contra la unidad y estabilidad de España.
"Un tercer vértice en la estrategia defensiva, ha consistido y consiste en poner "la institución" (la propia Monarquía) "por encima" de la persona"
Esa estrategia no funciona y se desmonta rápidamente por dos motivos:
Primero, una institución, la "institución monárquica", que impide castigar y quitar del poder a la dinastía reinante por su delincuencia, impidiendo que el pueblo pueda elegir democráticamente a su jefe de Estado e impidiendo que la delincuencia de la dinastía reinante pueda ser castigada judicialmente (inviolabilidad), está claro que es una institución que está por debajo y al servicio de esa dinastía, no por encima.
Y segundo, si Juan Carlos I ha podido delinquir sin que se le haya podido castigar ni judicialmente (inviolabilidad), ni democráticamente (eligiéndose otro nuevo jefe de Estado más apto y honrado), entonces está claro que aquí lo que está fallando es la propia "institución monárquica", porque es la "institución monárquica" la que provee, por sí misma y en cuanto tal, precisamente esos mecanismos de inviolabilidades y privilegios que blindan, validan, blanquean y legalizan la delincuencia del jefe de Estado. Es decir, no se puede decir que es Juan Carlos I el que ha fallado pero la institución monárquica no; es la institución monárquica en sí misma la que falla al proporcionar los propios mecanismos que permiten al jefe de Estado delinquir.