Sin retrotraernos al antisemitismo de los años treinta (podríamos), el último septenio del primer banco alemán es un despropósito continuado: ríanse de los problemas españoles, italianos o griegos. Deutsche es solo la punta del iceberg del añorado capitalismo humanista reconvertido a capitalismo desalmado, de amiguetes, de casino y de trileros. Un banco aún grande. Pero fétido.
Comentarios
¿La Caixa no tiene algún trapicheo con el Deutsche Bank?.
los alemanes solamente exportan barbarie, ahora en forma de misil económico.
Qué pinta aquí el antisemitismo?