Hace 2 años | Por Sergio_ftv a elpais.com
Publicado hace 2 años por Sergio_ftv a elpais.com

Como si fuera una película de terror, Gaspar Castromil aún recuerda vívidamente el día de 1979 que perdió el hilo en la clase de matemáticas en el colegio salesiano de Vigo, estaban enseñando los decimales. Agitado y tembloroso, no conseguía concentrarse. Media hora antes de entrar en el aula, había estado en la sala de juegos del colegio ayudando al religioso Perfecto Fernández Mínguez a vender golosinas a sus compañeros. “Cuando nos quedamos solos, se metió unas chuches en el bolsillo. ‘Este es tu premio. Mete la mano y no la saques".

Comentarios

Pilar_F.C.

#2 Están protegidos por poderes políticos y económicos de nuestro país.

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#3 Y por los propios padres, que en lugar de ir al juzgado van al despacho del director.

Estos artículos son necesarios para que la gente tome conciencia de que las víctimas de abusos no se lo han buscado, y que los delincuentes no van a parar por mucho que los señalen.

Pilar_F.C.

#5 Se les ha tenido miedo al estar defendidos por poderes que tendrían que haber defendido a las víctimas y no a los verdugos.

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#7 Si los padres tenían miedo se callaban, pero no iban al director.

Para empezar, si un niño no cuenta en casa que un profesor tiene un comportamiento fuera de lo normal ya hay algo que no funciona: el chaval tiene miedo de que le echen a él la culpa de lo que está pasando o empeore aún más la situación. Es decir, va a un sitio en el que no está o no se siente protegido.

Para seguir, si lo cuenta en casa y la reacción de los padres es ir al director, a menos que aparten a esa persona inmediatamente quien lo paga es el alumno. Eso lo ve cualquiera, y sin embargo es lo que hacen los padres en lugar de presentarse en la puerta con antorchas. Tampoco sacan al niño del centro cuando ven que el director no hace nada, porque asumen que a donde vaya se va a encontrar a otro y porque cuando tú como padre eliges colegio lo haces con la convicción de que tu hijo va a tener la mejor educación, es decir, futuro, que le puedes dar.

Yo hice BUP en un instituto público y en cuatro años tuve al menos tres profesores con comportamientos no adecuados aunque nunca tan graves como estos. Todo el mundo lo sabía, desde los alumnos al director, pasando por la AMPA. Pero al tener sus oposiciones aprobadas no se les echaba ni con agua hirviendo, solo en uno de los casos se consiguió que se fuera a joder a otro sitio, y no fue por el comportamiento hacia las alumnas sino porque era un borracho incapaz de llegar a trabajar a las 8. Curiosamente ya venía rebotado de otro centro.

¿Crees que hubo un solo padre que se plantara en la puerta a buscar a un profesor? ¿Alguno que fuera al juzgado o a la Delegación? Ni uno. Se aceptaba que había profesores así y que mientras no te tocaran formaba parte de tu vida aprender a manejar estas situaciones. Y uno de los motivos es que en la generación de mis padres los abusos verbales, físicos y sexuales eran aún peores, por lo que para ellos estas cosas no eran alarmantes.

Hoy en día un profesor saca a la pizarra a una alumna y le hace que se mueva para que se le suba la falda, como he visto yo, y sale en los periódicos. En los años 80 era motivo de risa incluso para la propia alumna. Y los padres dejaban a sus hijos en viajes de fin de curso con esta persona.

Los padres tienen su parte en todo esto, porque no lo ven. Los de anteriores generaciones restaban importancia a hechos que con la perspectiva actual harían parecer una locura dejar a los críos en sus manos.

Por eso digo que es importante que sigan saliendo estos artículos.

#9 En los años 80 era motivo de risa incluso para la propia alumna. A casi todos los alumnos les da vergüenza el mero hecho de estar en la pizarra. Si ocurre algo que provoque risas la vergüenza sube exponencialmente. Puede que te dé una risa nerviosa, pero que te parezca gracioso, más bien no.

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#10 No, no era el caso porque se comentaba después de clase. Había alguna que deliberadamente iba con falda el día que tocaba esa clase (el resto en vaqueros) y se sentaba en primera fila. El premio era una buena nota sin tener que trabajar, y eso lo sabían hasta las piedras. Las había que se prestaban a ello y las que no. Las que no jugaban iban al saco de los chicos, que debían hacer un esfuerzo extra para sacar nota. Nunca fue nada más allá (que se sepa), pero el comportamiento era nauseabundo y generaba unas dinámicas peligrosas.

Raziel_2

#9 Y profesores salidos como el pitorro de un botijo, yo tuve varios.

Pero lo que más me mosqueaba de la situación es que habia alumnas que iban a provocar, y lo decían abiertamente.

Eran situaciones bastante violentas, en ocasiones. Desde profesores de gimnasia que nos ponian en fila a botar, hasta exámenes donde la primera fila estaba cubierta con las alumnas que más escote vestían.

Desconozco si hubo algún comportamiento que fuese más allá de estas situaciones, nunca expulsaron a ningún profesor.

javierchiclana

#1 El celibato por imposición les hace tener una sexualidad enfermiza... luego, su corporativismo extremo lo acaba de empatar.

slepo

Me gustaría saber si el número de pederastas en las instituciones eclesiásticas, es proporcional dentro y fuera de ellas...
Entiendo que es un sitio en el que los niños están más desprotegidos, y muchos curas se sienten impunes. Pero en un mundo en el que hubiera esa desprotección habría tantos pederastas?

perrico

#6 Si a eso le sumas un voto de castidad que no permite las relaciones sexuales sanas y consentidas, al final van a por los que son incapaces de reaccionar. Los más indefensos.

sempregalaico

Salesianos Coruña. Finales de los 70.
Un cura es el encargado de vigilar el recreo de los niños pequeños.
El que alborotaba era castigado a pasar el recreo con la mano metida en el bolsillo de la sotana del vigilante.
No había día que no tuviese a 3 o 4 niños allí amarrados a él.
Asi durante años....