En un escenario político de tan burda crispación podría llegar a colar como beneficioso ese estilo de predicados buenos modales y de moderación. En el ring de la comunidad política, su estilo de oposición podría parecer elegancia espiritual: tan parco y mesurado que hasta se diría que no hubiera comparecido. Lo malo es cuando de espiritual se pasa a nulo y la oposición deja de serlo para convertirse en purísima ineficacia. Gabilondo ha sido tan, digamos, discreto que solo se le ha empezado a oír cuando se ha puesto en modo campaña electoral.
Comentarios
Qué Gabilondo? El del PSOE? O el que se presenta como candidato de la comunidad de Madrid? Es que siempre me lío.
El soso y el madroño.
Gabilondo hace su papel, igual que Iglesias. La única manera de vencer a la derecha es recoger todo el voto posible contrario a Ayuso, desde la extrema izquierda al centro despistado y soso.
Gabilondo es como el predicador del apocalipsis desganado de La vida de Brian.
Lo único que indica es que la cordura y la mesura no se llevan bien con la política, casi todos los políticos son unos sociopatas, que manejan a las masas según sus intereses, la gente como Gabilondo son muy raros en política, precisamente por su nulo éxito.
#2 La cordura y el estado de hibernación crónica no son exactamente lo mismo.
pues entre tanto ruído, igual renta
andamos un poco cansados de tanto ruído político para nada, todo sigue igual