Hace 2 años | Por Javier_Lothbrok a moncloa.com
Publicado hace 2 años por Javier_Lothbrok a moncloa.com

Un vacío legal permite las puertas giratorias en las Fuerzas Armadas. El idilio que viven los altos mandos militares retirados con las empresas armamentísticas españolas es conocido por muchos en el Ejército. Pero rara vez se les pone cara, nombres y apellidos. Desde MONCLOA.com hemos recogido algunos de los miles de ejemplos que hay. Que Margarita Robles, ministra de Defensa, esté buscando acomodo empresarial en calidad de intermediaria para el teniente general del Cuerpo General del Ejército del Aire José María Salom Piqueres es un ejemplo.

Comentarios

jonolulu

La Liga de los sobres extraordinarios

LaResistance

#6 De tu propio link, SOGEPA solo tiene el el 16% (aunque actualmente según la propia página de Airbus solo tiene el 11%) y GZBV otro 11% y SEPI 4,1%.

El resto cotiza en bolsa y tiene dueños variados, y puede serlo cualquiera por ejemplo si tienes algún fondo de pensiones privado.

https://www.airbus.com/en/investors/share-price-and-information

Mark_Renton_1

#7 Jesús siempre con sus medias verdades, menos mal que ya lo conocemos

iñakiss

Nos ha jodido, puestas giratorias para personas influyentes en política con contactos, si las energías es un sector en el que los políticos son estratégicos, en el armamentistico ya imagino que aún más. #putamafia

D

#2 Airbus es una empresa pública,

LaResistance

#4 Solo el 25% de su capitalización es pública, el resto son inversores privados (y por tanto sus beneficios también), aunque Francia, Alemania y en menor medida España mantienen un control bastante importante de forma contractual.

D

#5 100% publica, es un consorcio público de cuatro empresas públicas
Propietario
Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, SOGEPA, Gesellschaft zur Beteiligungsverwaltung y UBS AG
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Airbus_Group

https://en.m.wikipedia.org/wiki/SOGEPA
https://de.m.wikipedia.org/wiki/Gesellschaft_zur_Beteiligungsverwaltung

D

Poco nos roban para lo gilipollas que somos