Hace 1 año | Por felpeyu2 a elpais.com
Publicado hace 1 año por felpeyu2 a elpais.com

La carestía de vivienda asequible obliga a muchas personas a vivir casi obligatoriamente con sus exparejas ante la imposibilidad de abonar un alquiler por sí mismas. Acabar una relación se ha convertido en los últimos años en Madrid en un asunto inmobiliario, en el que el precio de la vivienda juega un papel. Lo ha comprobado Luis Álvarez, de 47 años, que se encuentra “en un callejón sin salida”. Hace 23 años compró una casa en Móstoles con su mujer. Aún no se habían casado. En esa ciudad madrileña fundaron el hogar en el que ha crecido su hijo

Comentarios

io1976

En Madrid no verás a tu ex, pero tienes que covivir con él debido al precio de la vivienda.

DarthAcan

El titular está mal buscado, realmente es el precio de la vivienda el que los une

nemesisreptante

Con menos de 50 años ya tienen media casa en propiedad. Menudo drama.

DangiAll

Y seguirá habiendo carestía de vivienda asequible mientras el modelo productivo español se centre en Madrid Barcelona y 3 capitales mas, porque vivienda asequible en España hay, lo que no hay es trabajo donde la vivienda es barata.

D

Trankis, no dejéis que estas noticias aporófobas os hundan la moral. Si queréis un pensamiento positivo que os levante la moral, lo único que necesitáis recordar en todo momento es que vuestros hijos os agradecerán que les hayáis hecho nacer en este país tanto como vosotros lo estáis agradeciendo a vuestros padres.

Lo que necesita la natalidad (y las pensiones) de este despaís de pobreza, de precariedad, de subdesarrollo, de capitalismo y de monarquía es otro baby boom, motivado en el altruismo y la generosidad progenitores. Vuestros hijos os lo agradecerán tanto como vosotros lo agradecéis a vuestros padres, y vuestros padres a sus padres. Además de que vuestros bolsillos también lo agradecerán, gracias a las pensiones aportadas por vuestres hijes. Que sí, que vendrán crisis, pero quienes vengan detrás que arreen, que para eso os hicieron a vosotros los mismo, altruistamente.

Este tipo de noticias, si nos atenemos a los altos estándares éticos e intelectuales de la gente superética y superlista de Menéame (no a las incualificadas definiciones de la RAE), deberían ser consideradas aporófobas, además de obviadoras de la dimensión cultural, porque, al implicar indirectamente que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas, están también indirectamente implicando que los padres que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o en la precariedad están haciendo daño o perjudicando a esos hijos, lo cual a su vez también implica indirectamente que los padres que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o en la precariedad son malas personas y malos padres, sin inteligencia.

Estas implicaciones, pues, de acuerdo con la gente superética y superlista de Menéame, han de llevarnos a considerar la noticia entera como aporófoba, incluso aunque esos padres fueran ricos, además de ser obviadora de la dimensión cultural, porque, aparte de culpabilizar y estigmatizar a todas esas personas superéticas y superinteligentes que, simplemente, ejercen su legítimo, legal y fundamental derecho humano y progenitor de considerar que la pobreza, la precariedad y el subdesarrollo son circunstancias estupendas en las que hacer nacer, y criar, a sus propios hijos, también resulta que el acto de defenderse los derechos de los niños al bienestar y a no sufrir la pobreza o la precariedad, se considera equivalente al acto de atacarse, criticarse, culpabilizarse y estigmatizarse el derecho de los padres pobres al bienestar de satisfacer sus propios impulsos biológicos reproductores, familiares y sociales personales; al bienestar de esos padres pobres de tener pensiones; al bienestar personal de imaginarse a los ricos cabreados porque dichos padres pobres han hecho nacer a sus propios hijos en la pobreza; y al bienestar de dichos padres pobres de ver a sus hijos disfrutando la pobreza o la precariedad, de acuerdo con sus derechos culturales y progenitores.

Y es que la convivencia en una sociedad civilizada precisamente debe consistir en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, marcos culturales, y diversidades ideológicas, de opiniones, de preferencias, de criterios progenitores y de principios éticos de cada cual, aunque pudieran no coincidir con los nuestros.

Desde esta perspectiva, tener hijos es la manera más clara y evidente en que una persona puede mostrar su aprobación favorable del entorno económico o de las condiciones económicas en que dicha persona hace nacer a esos hijos. (Pues ¿qué persona ética e inteligente haría nacer a sus propios hijos en un determinado entorno o circunstancia económica si considerase que ese entorno o circunstancia económica es horrible?)

Quien es pobre es porque quiere votar capitalismo y monarquía, y quien vota capitalismo y monarquía lo hace porque quiere ser pobre.

España, pues, va bien y está bien como está, y la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo, el capitalismo y la monarquía son cultura, costumbres, derechos, libertades, preferencias, elecciones, votos e hijos de los españoles, y nos los tienen que respetar así como nosotros, los españoles, también respetamos las culturas y costumbres ajenas.

No creáis, pues, a nadie que os diga que hay una guerra intergeneracional.

Y recordad también que cuando hacéis nacer a vuestros propios hijos en la precariedad y en la pobreza, no serán los ricos, el capitalismo y la monarquía los que se estén riendo de vosotros, sino que seréis vosotros los que os estéis riendo de ellos.

D

La inestabilidad en la vida sentimental siempre ha sido uno de los mayores riesgos y costes económicos para las personas. Y en 2023 todos sabemos como está el tema relaciones. Una carga más en la estresante vida del ciudadano moderno.