La International Humanist and Ethical Union (IHEU) ha publicado su informe 2018 sobre la libertad de pensamiento en el mundo. Se clasifican los países en función de 4 parámetros que afectan a la libertad de pensamiento y a la separación de la religión y el estado. Pulsando sobre el nombre de cada país se puede ver el informe detallado para ese país.
España está en el puesto 89, compartido con otros 7 países.
Está en ese puesto con 47 puntos, que no son tantos si tenemos en cuenta que la escala va desde cero (Bélgica) hasta 1358 (Arabia Saudita).
El informe detallado de España, aquí: https://freethoughtreport.com/countries/europe-southern-europe/spain/
Muy interesante. Tengo la impresión de que la valoración de algunos países (sobre todo los mejor valorados) puede que tengan alguna que otra imprecisión. En lo concerniente a esos países, el informe parece demasiado alentador, y no sé si en la realidad lo es tanto.
Además, en aspectos como el ámbito social o educacional, me da que se centran mucho en la influencia de la religión y muy poco en el ejercicio de una presión social o incluso institucional para imponer una narrativa concreta y silenciar voces disidentes.
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España está en el puesto 89, compartido con otros 7 países.
Está en ese puesto con 47 puntos, que no son tantos si tenemos en cuenta que la escala va desde cero (Bélgica) hasta 1358 (Arabia Saudita).
El informe detallado de España, aquí: https://freethoughtreport.com/countries/europe-southern-europe/spain/
Bélgica el primero. España en el 89 y Arabia Saudí en el último. En el 196.
Son unos resultados que necesitarían una explicación. Porque Alemania está en el 127, por ejemplo. Y México en el 28.
#4 Veo que está explicado. Se refiere a la influencia de la religión en el país, exclusivamente: https://freethoughtreport.com/ratings-system/
No la hay, no hace falta un estudio; es la realidad que día a día vivimos.
Muy interesante. Tengo la impresión de que la valoración de algunos países (sobre todo los mejor valorados) puede que tengan alguna que otra imprecisión. En lo concerniente a esos países, el informe parece demasiado alentador, y no sé si en la realidad lo es tanto.
Además, en aspectos como el ámbito social o educacional, me da que se centran mucho en la influencia de la religión y muy poco en el ejercicio de una presión social o incluso institucional para imponer una narrativa concreta y silenciar voces disidentes.