Los niños son sabios: dejan de comer cuando "su barriguita" les dice que "ya está llena". Es increíble, pero esa capacidad para escuchar a nuestro cuerpo desaparece cuando somos mayores. De ahí vienen problemas como el sobrepeso, la adicción a la comida, el abuso del 'fast food', etc. Pero, ¿cómo saber cuándo nuestro estómago está lleno y es el momento de parar? Aquí van algunas pistas sencillas que conviene tener en cuenta.
#9:
A los niños su barriguita les dice cuando tienen que para lentejas, pero si luego le pones el plato de patatas fritas su barriguita se calla la boquita, como nos pasa a los demás.
A los niños su barriguita les dice cuando tienen que para lentejas, pero si luego le pones el plato de patatas fritas su barriguita se calla la boquita, como nos pasa a los demás.
#9 Pues depende del niño. A mi hijo no le gustan las patatas fritas (salvo las de bolsa) y las lentejas se las come muy bien. Y además se sacia bastante pronto tanto con comidas que le gustan como las que no.
“Es increíble, pero esa capacidad para escuchar a nuestro cuerpo desaparece cuando somos mayores” claro que es increíble, eso le pasará a gente con problemas de obesidad mórbida o problemas psicológicos, los demás seguimos llenándonos al comer
Hay sistemas digestivos que extraen más el valor calórico que otros. No os imagináis las calorías que se expulsan en las heces. Por eso en ciertos paises con mucha menos comida hacen el mismo gasto
#3 Una amiga de más o menos 160cms y algo menos de 50 kg puede comer kg de comida y no engordar. Tiene que controlar para que lo que no adelgace sea la cartera.
Desde luego, cada sistema digestivo es un mundo. Sigo el consejo de pesarme por la mañana y la noche y más o menos ya se cuanto, cuando y como comer si quiero adelgazar, pero la cerveza está muy rica.
Los niños son seres excepcionalmente bien calibrados para comer lo que necesitan. A los adultos nos pasaría igual si no hubiéramos tenido acceso a cantidades "antinaturales" de alimentos que nos han distorsionado el sistema de regulación.
#17 comías mal porque tenías una cantidad ingente de alimentos que comer y estabas suficientemente nutrido* por lo que escogías los que te gustaban.
Si tienes hambre, comes, es así. O tienes un problema médico (que no se cura solo, como sería el caso).
Y sé de lo que hablo, pues soy padre de un niño que creí que comía mal. Por eso me informé con libros, pediatra y cursos. ¿Y sabes qué? Estaba equivocado.
* seguramente no tanto como deseaba tu madre, pero me apuesto cualquier cosa a qué sí
de todas esas recomendaciones la que realmente funciona es la de comer despacio. Por varios motivos, pero uno muy importante es que el organismo empieza a segregar diferentes hormonas de saciedad al cabo de cierto tiempo de empezar a comer.
No obstante, esto no es infalible completamente. Las personas con sobrepeso tienden a generar tolerancia a dichas hormonas, lo cual no hace más que empeorar el problema.
Comentarios
A los niños su barriguita les dice cuando tienen que para lentejas, pero si luego le pones el plato de patatas fritas su barriguita se calla la boquita, como nos pasa a los demás.
#9 Pues depende del niño. A mi hijo no le gustan las patatas fritas (salvo las de bolsa) y las lentejas se las come muy bien. Y además se sacia bastante pronto tanto con comidas que le gustan como las que no.
si te están llevando en ambulancia quizá habría que parar un poco
#5 Parar en algún bar de carretera para picar algo, ¿no?
#7 claro, siempre hay espacio para unas bravas y una caña
Cuando estés sudando y cada bocado que tragas parece que te va a volver a salir, es el momento de pasar al postre. Para el postre siempre hay sitio.
Si te tienes que poner de pie para otro bocado, o notas los pelos de la barriga de punta, mejor para.
“Es increíble, pero esa capacidad para escuchar a nuestro cuerpo desaparece cuando somos mayores” claro que es increíble, eso le pasará a gente con problemas de obesidad mórbida o problemas psicológicos, los demás seguimos llenándonos al comer
Hay sistemas digestivos que extraen más el valor calórico que otros. No os imagináis las calorías que se expulsan en las heces. Por eso en ciertos paises con mucha menos comida hacen el mismo gasto
#3 Una amiga de más o menos 160cms y algo menos de 50 kg puede comer kg de comida y no engordar. Tiene que controlar para que lo que no adelgace sea la cartera.
Desde luego, cada sistema digestivo es un mundo. Sigo el consejo de pesarme por la mañana y la noche y más o menos ya se cuanto, cuando y como comer si quiero adelgazar, pero la cerveza está muy rica.
#18 no.
Los niños no tienen ni idea.
Si hubieran hecho caso mis padres de mi "sabiduría estomacal" estaría muerto por desnutrición.
#1 no
#6 te devuelto el negativo que se te ha caído por aquí debido a tu solidez argumental y a lo deslumbrante de tus frases.
#14 te lo explico, para que aprendas algo.
Los niños son seres excepcionalmente bien calibrados para comer lo que necesitan. A los adultos nos pasaría igual si no hubiéramos tenido acceso a cantidades "antinaturales" de alimentos que nos han distorsionado el sistema de regulación.
#16 yo hablo en primera persona. Justamente ahora como normal, cuando era pequeño, no. Así que no me cuentes tonterías.
Y deja la prepotencia.
#17 comías mal porque tenías una cantidad ingente de alimentos que comer y estabas suficientemente nutrido* por lo que escogías los que te gustaban.
Si tienes hambre, comes, es así. O tienes un problema médico (que no se cura solo, como sería el caso).
Y sé de lo que hablo, pues soy padre de un niño que creí que comía mal. Por eso me informé con libros, pediatra y cursos. ¿Y sabes qué? Estaba equivocado.
* seguramente no tanto como deseaba tu madre, pero me apuesto cualquier cosa a qué sí
Estoy seguro de que aún le cabe una fina lámina de chocolate.
de todas esas recomendaciones la que realmente funciona es la de comer despacio. Por varios motivos, pero uno muy importante es que el organismo empieza a segregar diferentes hormonas de saciedad al cabo de cierto tiempo de empezar a comer.
No obstante, esto no es infalible completamente. Las personas con sobrepeso tienden a generar tolerancia a dichas hormonas, lo cual no hace más que empeorar el problema.