Durante años sufrió en silencio, buscando respuestas, intentando sobrevivir. Mientras tanto, su agresor disfrutaba de su destino como formador del seminario de Astorga y párroco. Un líder en su comunidad. A finales de los 80 F.J.L sufrió abusos durante meses por parte de José Manuel Ramos Gordon, en el seminario de La Bañeza. Unos abusos que el sacerdote, ahora jubilado tras un ‘castigo ejemplar’ de un año que no llegó a cumplir, repitió en otros lugares, con otros chicos, que también callaron. Pero F.J.L jamás perdió la memoria.
Comentarios
Cañizares esta preocupado en lo que pasa fuera de su casa. Los trapos sucios nunca se enseñan.
Hay un inusitado porcentaje de sacerdotes abusadores.
1. Entre las personas religiosas está bien visto abusar de los niños intelectualmente. Le llaman evangelizar. En bastantes ocasiones es más dramático y menos reversible que el abuso físico.
2. El dogma del celibato. Es terrible que obliguen a luchar contra uno de los instintos más básicos del ser humano, la sexualidad. Lo que se traduce en un comportamiento sexual enfermizo basado en la fantasía, con la testosterona por las nubes... si a esto le añades superioridad moral, el conocimiento por la confesión de los críos y su natural inocencia tenemos armada la bomba ¿Qué podría salir mal?
3. La iglesia siempre ha tapado los casos de forma eficaz con la connivencia civil... básicamente enviaba a los sacerdotes rápidamente a otra parroquia lejana (el pueblo se sentía aliviado y a salvo) en los que podía repetir con menores riesgos por la experiencia anterior.
#2 4. El concepto de pecado y perdón que maneja la iglesia católica es nefasto pues da un poder fantástico a los sacerdotes para "borrar" pecados, convirtiéndolos en irrelevantes. La carne es débil, lo importante es arrepentirse... aunque se repita el mismo proceso indefinidamente.
Hay que ver Spotlight.