Hace 2 años | Por zanguangaco a es.aleteia.org
Publicado hace 2 años por zanguangaco a es.aleteia.org

Las enseñanzas del entrenador personal de varios tenistas de élite, una suma de doctrinas gnósticas, teorías conspiranoicas y peligrosas propuestas pseudoterapéuticas En los últimos días, uno de los protagonistas de la actualidad global es el tenista serbio Novak Djokovic, al que se ha impedido participar en el Open de Australia. La razón es que el número 1 del tenis mundial no ha presentado la documentación requerida para ello (en concreto, su vacunación contra el COVID-19).

Comentarios

l

Magia… y cambio del ADN
Para ello, Pepe Imaz propone ejercicios de meditación, como la “Flama Violeta”, que consiste en visualizar una llama violeta circundando toda nuestra aura (campo energético que nos rodea) repitiendo… ‘yo soy un ser de fuego violeta, yo soy la pureza que Dios desea’”. Así, con esta fórmula mágica, se puede “transmutar (transformar) cualquier energía y emoción negativa en energías y emociones de luz y Amor”.

Otro dato de interés que le da su maestra es que “desde 1987 la Madre Tierra está recibiendo con la llamada Convergencia Armónica, inyecciones energéticas para ayudarnos a despertar”. La inyección que tuvo lugar en 2011 ha traído consigo el llamado Rayo Platino, que “nos ayudará a cambiar nuestra estructura celular y el ADN”.


Gensante del amor hermoso como están as cabeciñas.

D

#1 Sinceramente yo creo que a los seguidores de estas sectas deberia expulsarseles de todas las federaciones deportivas, no pueden ser ejemplo de nada para la juventud.

frg

#4 Ningún deportista profesional puede ser ejemplo para nadie.

ulipulido

Es que Djokovic es un magufo Pro, le van estas mierdas. No llega al nivel de Kyrie "all-in" Irving, que le vale todo

zanguangaco

Ojiplático con lo que leo en su web y en el blog
http://www.pepeimaztenis.es/

Peybol

¿Traducimos ya gurú como magufo?

frg

En el deporte profesional, donde hay muy poca diferencia entre la élite, cualquier pequeña ayuda vale para destacar, y el autoengaño y la religión son fuerzas muy poderosas. Muchos deportistas son supersticiosos y/o tienen rituales integrados en sus rutinas, por lo que son carne de cañón de máfugos y estafadores.