Según el Estudio del Poder 2014, realizado por la red de investigadores Transnational Institute (TNI), 40 de las 100 mayores economías del mundo son corporaciones. Pero el riesgo no es ya la concentración de las empresas, sino del capital: el 1% de las empresas transnacionales controla el 40% de los negocios mundiales. Una situación de oligopolio de la que no escapa, por ejemplo, un sector tan vital como el de la alimentación.Relacionada: TTIP, la dictadura escondida de las corporaciones transnacionales
"No es que todos los CEO de las transnacionales sean malas personas; es, más bien, que deben obrar sin escrúpulos para seguir en sus puestos. Esto no supone exculparles, sino entender que la perversidad está en el corazón del sistema."
#3 Compartido absolutamente. Las grandes corporaciones han sido creadas con el fin de dar un servicio. Cuando han crecido tanto que han salido a bolsa y la propiedad de la empresa está en muchas manos, pero las decisiones sólo están en manos de unos pocos, se da el caso que el que toma las decisiones tiene que dar una rentabilidad a los accionistas que no miran más que números, así que al final llega arriba el que menos escrúpulos tiene y más rentabilidad da: el psicópata. Esto evidentemente está ayudado por una sociedad que no quiere ver. Una sociedad a la que le da igual lo que hagan, siempre y cuando le den beneficio (bajos precios en general).
Al final esto está ordenado de manera que quien toma decisiones no sufre, los que ponen a esa persona a tomar decisiones no miran, y los que mueven la maquinaria (consumidores) no quieren ver.
Comentarios
#0 Te sobra una L en el titular.
yo soy mas de la Goofycracia
Es largo pero muy interesante. Rescato una perla:
"No es que todos los CEO de las transnacionales sean malas personas; es, más bien, que deben obrar sin escrúpulos para seguir en sus puestos. Esto no supone exculparles, sino entender que la perversidad está en el corazón del sistema."
#3 Compartido absolutamente. Las grandes corporaciones han sido creadas con el fin de dar un servicio. Cuando han crecido tanto que han salido a bolsa y la propiedad de la empresa está en muchas manos, pero las decisiones sólo están en manos de unos pocos, se da el caso que el que toma las decisiones tiene que dar una rentabilidad a los accionistas que no miran más que números, así que al final llega arriba el que menos escrúpulos tiene y más rentabilidad da: el psicópata. Esto evidentemente está ayudado por una sociedad que no quiere ver. Una sociedad a la que le da igual lo que hagan, siempre y cuando le den beneficio (bajos precios en general).
Al final esto está ordenado de manera que quien toma decisiones no sufre, los que ponen a esa persona a tomar decisiones no miran, y los que mueven la maquinaria (consumidores) no quieren ver.