Para entender la historia del cráneo, hay que remontarse a su origen. Los huesos pertenecen a los mártires de Otranto, 813 soldados que fueron ejecutados por el Imperio Otomano el 14 de agosto de 1480 tras el asedio a la ciudad. Los 813 murieron decapitados tras su supuesta negativa a convertirse al Islam, y el folklore asegura que sus restos quedaron incorruptos. Al año siguiente, cuando el Rey de Nápoles Alonso II (Alonso de Aragón) reconquistó Otranto, ordenó llevar los huesos hasta la catedral.
Comentarios
No se convierten y quedan incorruptos. Yisus wins.
Caía mal en general.
Polillas glotonas