Lola Gutiérrez, trabajadora de la Diputación de Barcelona y delegada de la sección sindical de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la institución, fue detenida el pasado domingo en el aeropuerto de Atenas por la policía griega. Activista en varios movimientos sociales catalanes desde hace muchos años y antigua militante de Lluita Internacionalista, Gutiérrez acompañaba a un chico del Kurdistán iraquí varado en Grecia desde hace meses y que llevaba documentación de identidad española. Traducción en #1
#3:
Sindicalista de la CGT detenida en Grecia por intentar colarnos un inmigrante ilegal con documentación falsa
#1:
Sindicalista de la CGT detenida en Grecia por intentar ayudar a un refugiado a llegar a Barcelona
Lola Gutiérrez, trabajadora de la Diputación de Barcelona y delegada de la sección sindical de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la institución, fue detenida el pasado domingo en el aeropuerto de Atenas por la policía griega. Activista en varios movimientos sociales catalanes desde hace muchos años y antigua militante de Lluita Internacionalista, Gutiérrez acompañaba a un chico del Kurdistán iraquí varado en Grecia desde hace muchos meses, que llevaba documentación de identidad española.
El objetivo de la sindicalista catalana era ayudar el demandante de asilo a pasar todos los controles policiales del aeropuerto para que consiguiera coger un vuelo de la compañía Vueling que lo trajera directamente hasta Barcelona. Aun así, cuando estaban siguiendo todo el proceso pertinente para acceder al avión, los empleados de la aerolínea sospecharon de la identidad del refugiado, alertaron a la policía y los cuerpos de seguridad griegos arrestaron tanto a Gutiérrez como a su acompañante. Mientras que él fue liberado hace dos días, la delegada sindical de la Diputación de Barcelona todavía se encuentra bajo arresto policial. La CGT ha manifestado su rechazo a la actuación de la policía griega, que tilda de "brazo ejecutor de la política criminal de la Unión Europea contra los refugiados", y exige su liberación inmediata.
Una acción ilegal para hacer justicia
En Grecia, el proceso de asilo y de reubicación a otros países europeos es extremadamente lento, y mucha gente recién llegada procedente de lugares como Irak o el Afganistán no tiene asegurado el derecho a permanecer en Europa. En esta situación, Lola Gutiérrez, consciente que cometía una acción ilegal, que aun así consideraba justa, quiso poner su gra de arena de manera individual para ayudar una persona refugiada a salir del callejón sin salida que actualmente es Grecia.
Después de la detención de la trabajadora de la Diputación, los cuerpos de seguridad griegos la retuvieron a la comisaría del aeropuerto de Atenas bajo la acusación de haber cometido un presunto delito de tráfico de personas. En un primer momento, los riesgos que corría Gutiérrez eran altos. Según el abogado que cogió su caso, Panos Papageorgiou, si el veredicto de los servicios judiciales griegos era severo, Gutiérrez se exponía a tener que permanecer en prisión preventiva de manera indefinida hasta que la justicia griega dictara la fecha para celebrar un juicio definitivo, en que se la podía condenar a una pena de entre cinco y diez años de prisión.
Solidaridad y convicción política
Finalmente, después de que Gutiérrez se viera sometida a un primer interrogatorio el pasado martes ante un tribunal de Atenas, la justicia griega descartó que la activista catalana se dedicara al tráfico de personas, pero la procesó “por el delito de intentar hacer más fácil que una persona de un país extracomunitario marchara de Grecia sin pasar los controles pertinentes y con documentación que no le pertenecía”. Durante su declaración, la militante de la CGT explicó ante el juez y el fiscal que no sacaba ningún beneficio económico de su acción, sino que el motivo por el cual hizo el intento de acompañar un refugiado hasta Barcelona de manera clandestina era “por convicción política y solidaridad”.
Después del interrogatorio, el juez ordenó que Gutiérrez fuera liberada sin el pago de ninguna fianza y de manera casi inmediata. No obstante, la policía helénica se amparó en el margen de autonomía sobre los órganos judiciales que se los otorga la ley para emitir un orden declarando que la sindicalista catalana “es un peligro para la seguridad del Estado”. Esto implica que Gutiérrez tenga que estar tutelada y bajo arresto policial hasta que se haga efectiva su deportación. En opinión de su abogado “el hecho que Gutiérrez todavía siga detenida es una medida de represión legal innecesaria que la policía usó como advertencia a otras personas que pretendan hacer el mismo que ella”.
Trato policial humillando
Gutiérrez, que ya lleva casi cinco días encerrada, considera que el trato de la policía hacia las personas detenidas a los recintos policiales “es humillante y vejatorio”. Según explica a la Directa, muchas de las mujeres con quienes comparte celda son migrantes y están enchironadas por haber intentado hacer el mismo que intentó ella. “Hay una refugiada siria con papeles alemanes que intentó pasar al avión con sus sobrinos pequeños, y madres con bebés para amamantar, a quienes, incluso, se las separa del hijo”, denuncia Lola Gutiérrez. “Todas hemos hecho lo mismo: ellas por sus familiares y yo por un concepto amplio de familia”, añade.
La militante de la CGT, que a estas alturas todavía se encuentra entre rejas, podría ser liberada el próximo domingo o lunes, cuando se aplique el proceso de deportación que la tiene que devolver al estado español. Más adelante, si el procedimiento de la justicia griega no se anula, Gutiérrez tendrá que volver al país heleno para asistir a la celebración del juicio definitivo sobre su caso.
Sindicalista de la CGT detenida en Grecia por intentar ayudar a un refugiado a llegar a Barcelona
Lola Gutiérrez, trabajadora de la Diputación de Barcelona y delegada de la sección sindical de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la institución, fue detenida el pasado domingo en el aeropuerto de Atenas por la policía griega. Activista en varios movimientos sociales catalanes desde hace muchos años y antigua militante de Lluita Internacionalista, Gutiérrez acompañaba a un chico del Kurdistán iraquí varado en Grecia desde hace muchos meses, que llevaba documentación de identidad española.
El objetivo de la sindicalista catalana era ayudar el demandante de asilo a pasar todos los controles policiales del aeropuerto para que consiguiera coger un vuelo de la compañía Vueling que lo trajera directamente hasta Barcelona. Aun así, cuando estaban siguiendo todo el proceso pertinente para acceder al avión, los empleados de la aerolínea sospecharon de la identidad del refugiado, alertaron a la policía y los cuerpos de seguridad griegos arrestaron tanto a Gutiérrez como a su acompañante. Mientras que él fue liberado hace dos días, la delegada sindical de la Diputación de Barcelona todavía se encuentra bajo arresto policial. La CGT ha manifestado su rechazo a la actuación de la policía griega, que tilda de "brazo ejecutor de la política criminal de la Unión Europea contra los refugiados", y exige su liberación inmediata.
Una acción ilegal para hacer justicia
En Grecia, el proceso de asilo y de reubicación a otros países europeos es extremadamente lento, y mucha gente recién llegada procedente de lugares como Irak o el Afganistán no tiene asegurado el derecho a permanecer en Europa. En esta situación, Lola Gutiérrez, consciente que cometía una acción ilegal, que aun así consideraba justa, quiso poner su gra de arena de manera individual para ayudar una persona refugiada a salir del callejón sin salida que actualmente es Grecia.
Después de la detención de la trabajadora de la Diputación, los cuerpos de seguridad griegos la retuvieron a la comisaría del aeropuerto de Atenas bajo la acusación de haber cometido un presunto delito de tráfico de personas. En un primer momento, los riesgos que corría Gutiérrez eran altos. Según el abogado que cogió su caso, Panos Papageorgiou, si el veredicto de los servicios judiciales griegos era severo, Gutiérrez se exponía a tener que permanecer en prisión preventiva de manera indefinida hasta que la justicia griega dictara la fecha para celebrar un juicio definitivo, en que se la podía condenar a una pena de entre cinco y diez años de prisión.
Solidaridad y convicción política
Finalmente, después de que Gutiérrez se viera sometida a un primer interrogatorio el pasado martes ante un tribunal de Atenas, la justicia griega descartó que la activista catalana se dedicara al tráfico de personas, pero la procesó “por el delito de intentar hacer más fácil que una persona de un país extracomunitario marchara de Grecia sin pasar los controles pertinentes y con documentación que no le pertenecía”. Durante su declaración, la militante de la CGT explicó ante el juez y el fiscal que no sacaba ningún beneficio económico de su acción, sino que el motivo por el cual hizo el intento de acompañar un refugiado hasta Barcelona de manera clandestina era “por convicción política y solidaridad”.
Después del interrogatorio, el juez ordenó que Gutiérrez fuera liberada sin el pago de ninguna fianza y de manera casi inmediata. No obstante, la policía helénica se amparó en el margen de autonomía sobre los órganos judiciales que se los otorga la ley para emitir un orden declarando que la sindicalista catalana “es un peligro para la seguridad del Estado”. Esto implica que Gutiérrez tenga que estar tutelada y bajo arresto policial hasta que se haga efectiva su deportación. En opinión de su abogado “el hecho que Gutiérrez todavía siga detenida es una medida de represión legal innecesaria que la policía usó como advertencia a otras personas que pretendan hacer el mismo que ella”.
Trato policial humillando
Gutiérrez, que ya lleva casi cinco días encerrada, considera que el trato de la policía hacia las personas detenidas a los recintos policiales “es humillante y vejatorio”. Según explica a la Directa, muchas de las mujeres con quienes comparte celda son migrantes y están enchironadas por haber intentado hacer el mismo que intentó ella. “Hay una refugiada siria con papeles alemanes que intentó pasar al avión con sus sobrinos pequeños, y madres con bebés para amamantar, a quienes, incluso, se las separa del hijo”, denuncia Lola Gutiérrez. “Todas hemos hecho lo mismo: ellas por sus familiares y yo por un concepto amplio de familia”, añade.
La militante de la CGT, que a estas alturas todavía se encuentra entre rejas, podría ser liberada el próximo domingo o lunes, cuando se aplique el proceso de deportación que la tiene que devolver al estado español. Más adelante, si el procedimiento de la justicia griega no se anula, Gutiérrez tendrá que volver al país heleno para asistir a la celebración del juicio definitivo sobre su caso.
#10 Los derechos de los trabajadores españoles se defienden luchando por los derechos de los trabajadores en general.
Si hubiéramos luchado por los derechos de los que llegaron aquí,no nos habrían rebajado el sueldo a lo mismo que cobraban ellos.
Cierto que no hay trabajo para todos,pero si se puede exigir mismo sueldo para mismo trabajo.
Comentarios
Sindicalista de la CGT detenida en Grecia por intentar colarnos un inmigrante ilegal con documentación falsa
#3 Es un refugiado
#15 al racista de #3 le da igual. Es un supremacista. https://www.meneame.net/search?q=refugiados&w=comments&h=&o=&u=backs1ash
#16 cuál de esos comentarios te parece racista o supremacista? O solamente me etiquetas porque no opino como tú?
Sindicalista de la CGT detenida en Grecia por intentar ayudar a un refugiado a llegar a Barcelona
Lola Gutiérrez, trabajadora de la Diputación de Barcelona y delegada de la sección sindical de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la institución, fue detenida el pasado domingo en el aeropuerto de Atenas por la policía griega. Activista en varios movimientos sociales catalanes desde hace muchos años y antigua militante de Lluita Internacionalista, Gutiérrez acompañaba a un chico del Kurdistán iraquí varado en Grecia desde hace muchos meses, que llevaba documentación de identidad española.
El objetivo de la sindicalista catalana era ayudar el demandante de asilo a pasar todos los controles policiales del aeropuerto para que consiguiera coger un vuelo de la compañía Vueling que lo trajera directamente hasta Barcelona. Aun así, cuando estaban siguiendo todo el proceso pertinente para acceder al avión, los empleados de la aerolínea sospecharon de la identidad del refugiado, alertaron a la policía y los cuerpos de seguridad griegos arrestaron tanto a Gutiérrez como a su acompañante. Mientras que él fue liberado hace dos días, la delegada sindical de la Diputación de Barcelona todavía se encuentra bajo arresto policial. La CGT ha manifestado su rechazo a la actuación de la policía griega, que tilda de "brazo ejecutor de la política criminal de la Unión Europea contra los refugiados", y exige su liberación inmediata.
Una acción ilegal para hacer justicia
En Grecia, el proceso de asilo y de reubicación a otros países europeos es extremadamente lento, y mucha gente recién llegada procedente de lugares como Irak o el Afganistán no tiene asegurado el derecho a permanecer en Europa. En esta situación, Lola Gutiérrez, consciente que cometía una acción ilegal, que aun así consideraba justa, quiso poner su gra de arena de manera individual para ayudar una persona refugiada a salir del callejón sin salida que actualmente es Grecia.
Después de la detención de la trabajadora de la Diputación, los cuerpos de seguridad griegos la retuvieron a la comisaría del aeropuerto de Atenas bajo la acusación de haber cometido un presunto delito de tráfico de personas. En un primer momento, los riesgos que corría Gutiérrez eran altos. Según el abogado que cogió su caso, Panos Papageorgiou, si el veredicto de los servicios judiciales griegos era severo, Gutiérrez se exponía a tener que permanecer en prisión preventiva de manera indefinida hasta que la justicia griega dictara la fecha para celebrar un juicio definitivo, en que se la podía condenar a una pena de entre cinco y diez años de prisión.
Solidaridad y convicción política
Finalmente, después de que Gutiérrez se viera sometida a un primer interrogatorio el pasado martes ante un tribunal de Atenas, la justicia griega descartó que la activista catalana se dedicara al tráfico de personas, pero la procesó “por el delito de intentar hacer más fácil que una persona de un país extracomunitario marchara de Grecia sin pasar los controles pertinentes y con documentación que no le pertenecía”. Durante su declaración, la militante de la CGT explicó ante el juez y el fiscal que no sacaba ningún beneficio económico de su acción, sino que el motivo por el cual hizo el intento de acompañar un refugiado hasta Barcelona de manera clandestina era “por convicción política y solidaridad”.
Después del interrogatorio, el juez ordenó que Gutiérrez fuera liberada sin el pago de ninguna fianza y de manera casi inmediata. No obstante, la policía helénica se amparó en el margen de autonomía sobre los órganos judiciales que se los otorga la ley para emitir un orden declarando que la sindicalista catalana “es un peligro para la seguridad del Estado”. Esto implica que Gutiérrez tenga que estar tutelada y bajo arresto policial hasta que se haga efectiva su deportación. En opinión de su abogado “el hecho que Gutiérrez todavía siga detenida es una medida de represión legal innecesaria que la policía usó como advertencia a otras personas que pretendan hacer el mismo que ella”.
Trato policial humillando
Gutiérrez, que ya lleva casi cinco días encerrada, considera que el trato de la policía hacia las personas detenidas a los recintos policiales “es humillante y vejatorio”. Según explica a la Directa, muchas de las mujeres con quienes comparte celda son migrantes y están enchironadas por haber intentado hacer el mismo que intentó ella. “Hay una refugiada siria con papeles alemanes que intentó pasar al avión con sus sobrinos pequeños, y madres con bebés para amamantar, a quienes, incluso, se las separa del hijo”, denuncia Lola Gutiérrez. “Todas hemos hecho lo mismo: ellas por sus familiares y yo por un concepto amplio de familia”, añade.
La militante de la CGT, que a estas alturas todavía se encuentra entre rejas, podría ser liberada el próximo domingo o lunes, cuando se aplique el proceso de deportación que la tiene que devolver al estado español. Más adelante, si el procedimiento de la justicia griega no se anula, Gutiérrez tendrá que volver al país heleno para asistir a la celebración del juicio definitivo sobre su caso.
Mi solidaridad hacia ella y los refugiados.
Vaya panda de hijosdeputa los de los comentarios de más arriba.
#9 no te dijeron tus padres que no hay que meterse con los discapacitados?
Error el querer pasarlo en el único sitio controlado hasta las trancas: el aeropuerto.
En coche te recorres toda Europa sin frontera ni control ninguno.
#4 si, pero es un coñazo.
#6 ya, pero no acabas en la cárcel, que es más coñazo aún
#12 cárcel? Eso es de pringados y robagallinas...
así se defienden los derechos de los trabajadores españoles. todo coherencia
#10 Los derechos de los trabajadores españoles se defienden luchando por los derechos de los trabajadores en general.
Si hubiéramos luchado por los derechos de los que llegaron aquí,no nos habrían rebajado el sueldo a lo mismo que cobraban ellos.
Cierto que no hay trabajo para todos,pero si se puede exigir mismo sueldo para mismo trabajo.
Vaya una auténtica estúpida. Me alegro mucho de que esté detenida.
Lo que hya que hacer para follar.
#5 Aqui no falla, tia fea, subsahariano, etc.