Hace 5 años | Por ContinuumST a rtve.es
Publicado hace 5 años por ContinuumST a rtve.es

La batalla electoral se desplaza a los grupos privados en los servicios de mensajería, donde los bulos campan sin freno. Nadie está libre de ser engañado por una información política mentirosa. Hablamos de Whatsapp y de las fake news, ese neologismo de dudoso gusto, contradictorio en sí mismo, porque si algo es falso no debería ser noticia y, por definición, una noticia no recoge hechos que no sean verdaderos.

Comentarios

ContinuumST

#3 A ver, yo tampoco es que tenga la verdad absoluta, me equivoco como cualquiera, cometo errores como el que más... pero es que estos señores hacen lo que les da la gana sin dar explicaciones a nadie, mienten en tu cara, abusando de un poder que les hemos otorgado nosotros (los votantes, vamos). Y creo que puede haber libertad y menos cantidad de mentiras, creo que las dos cosas no están reñidas. CREO.

Wir0s

Propaganda, se llama propaganda.

Y no es algo nuevo.

D

Por supuesto que todos vamos a ser víctimas de ellas. Hace poco Facebook se reunió en secreto con líderes de PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos y Vox y todavía estamos esperando a que expliquen de qué cojones hablaron. Raro es el día que no se me cruza por twitter la cuenta fake de algún partido (en el tema de los bots y los fakes están metidos hasta las trancas todos...TODOS).

A día de hoy no hay un solo partido que haya defendido abiertamente el juego limpio con medida alguna. Se gastan un dineral en intentar estafarnos, engañarnos, manipularnos... les azotaría hasta que sangraran.

ContinuumST

#1 No saben o no quieren jugar limpio, con la "verdad" (sea lo que sea la verdad, al menos no la mentira descarada) por delante, sólo quieren manipular para que se les vote y luego vivir del cuento. Mienten tan descaradamente que ni se ocultan, ni se averguenzan, ni se les puede echar, ni... para mí es un: "ellos vs. nosotros". Pero bueno...

D

#2 "Pero bueno..."

En ese "pero bueno..." está la clave. Si quieres libertad tienes que aprender a convivir con esas cosas. Porque en el momento que pones a unos señores a decidir que es verdad o es mentira, la cosa se pone mucho mucho peor.