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#2:
#1 en la entrevista habla de "individuo" y de "clon" y me encanta ese pequeño trocito:
Me hizo pensar en dónde residen realmente los límites de mi individualidad. Si lo llevamos a la posibilidad de cultivar espermatozoides y óvulos de esa manera... En un sentido es "clonar", pero no como lo hemos conocido.
Esta tecnología desafía la noción de que nuestra individualidad termina en nuestra piel... La idea de aceptar que somos una comunidad de células y de que cada célula es algo autónomo que puede crecer hasta convertirse en algo diferente... Eso también reta nuestra noción de qué es un individuo.
De hecho, la biología no tiene una buena definición de qué es un individuo. Ciertamente no es definido en términos genéticos porque nuestros cuerpos dependen de multitud de microrganismos que no son humanos (como las bacterias en nuestros intestinos) sin los cuales no duraríamos mucho.
Muy, muy interesante
Me hizo pensar en dónde residen realmente los límites de mi individualidad. Si lo llevamos a la posibilidad de cultivar espermatozoides y óvulos de esa manera... En un sentido es "clonar", pero no como lo hemos conocido.
Esta tecnología desafía la noción de que nuestra individualidad termina en nuestra piel... La idea de aceptar que somos una comunidad de células y de que cada célula es algo autónomo que puede crecer hasta convertirse en algo diferente... Eso también reta nuestra noción de qué es un individuo.
De hecho, la biología no tiene una buena definición de qué es un individuo. Ciertamente no es definido en términos genéticos porque nuestros cuerpos dependen de multitud de microrganismos que no son humanos (como las bacterias en nuestros intestinos) sin los cuales no duraríamos mucho.
Muy, muy interesante
#14:
NEUROCIENCIA
Los 'minicerebros' de laboratorio no crecen como los de verdad
Un estudio publicado en la revista Nature cuestiona la utilidad de los organoides con tejido cerebral, tras comprobar que su desarrollo y organización celular no se parecen a los de un cerebro real.
Si ha habido un tema de moda en la neurociencia en los últimos años ese ha sido el de los ‘cerebros de laboratorio’, organoides compuestos de tejido cerebral que crecen en una placa de Petri y que podrían servir para estudiar posibles tratamientos e incluso conocer mejor la conectividad de las neuronas.
Hasta tal punto, que se ha suscitado un debate ético sobre la posibilidad de que algún día uno de esos “cerebroides” desarrolle algo parecido a una consciencia.
Ahora, el equipo de Arnold Kriegstein, de la Universidad de California San Francisco, viene a pinchar la burbuja de los organoides mediante un estudio que demuestra que estos modelos están lejos de parecerse a un cerebro real en los aspectos más básicos de su desarrollo y organización.
En un trabajo publicado este miércoles en la revista Nature, Kriegstein explican cómo han registrado la expresión genética de casi 200.000 células individuales en la corteza en desarrollo de un cerebro real y las han comparado con lo que sucede en un ‘cerebro de laboratorio’ para comprobar el parecido de estos cultivos con el modelo.
Y lo que han visto es que hay una diferencia abismal: mientras que en el cerebro las células siguen distintas trayectorias durante el desarrollo y producen una amplia variedad de subtipos, en el organoide se producen muchas menos células maduras.
Además, la organización espacial, que es muy relevante en el funcionamiento del encéfalo, está también ausente en los tejidos cultivados.
Los 'minicerebros' de laboratorio no crecen como los de verdad
Un estudio publicado en la revista Nature cuestiona la utilidad de los organoides con tejido cerebral, tras comprobar que su desarrollo y organización celular no se parecen a los de un cerebro real.
Si ha habido un tema de moda en la neurociencia en los últimos años ese ha sido el de los ‘cerebros de laboratorio’, organoides compuestos de tejido cerebral que crecen en una placa de Petri y que podrían servir para estudiar posibles tratamientos e incluso conocer mejor la conectividad de las neuronas.
Hasta tal punto, que se ha suscitado un debate ético sobre la posibilidad de que algún día uno de esos “cerebroides” desarrolle algo parecido a una consciencia.
Ahora, el equipo de Arnold Kriegstein, de la Universidad de California San Francisco, viene a pinchar la burbuja de los organoides mediante un estudio que demuestra que estos modelos están lejos de parecerse a un cerebro real en los aspectos más básicos de su desarrollo y organización.
En un trabajo publicado este miércoles en la revista Nature, Kriegstein explican cómo han registrado la expresión genética de casi 200.000 células individuales en la corteza en desarrollo de un cerebro real y las han comparado con lo que sucede en un ‘cerebro de laboratorio’ para comprobar el parecido de estos cultivos con el modelo.
Y lo que han visto es que hay una diferencia abismal: mientras que en el cerebro las células siguen distintas trayectorias durante el desarrollo y producen una amplia variedad de subtipos, en el organoide se producen muchas menos células maduras.
Además, la organización espacial, que es muy relevante en el funcionamiento del encéfalo, está también ausente en los tejidos cultivados.
Comentarios
#9 con la diferencia de que no se obtiene un "ser completo"... solo un conjuntillo de neuronas, que no es exáctamente lo mismo
Sheldon estaría contento
NEUROCIENCIA
Los 'minicerebros' de laboratorio no crecen como los de verdad
Un estudio publicado en la revista Nature cuestiona la utilidad de los organoides con tejido cerebral, tras comprobar que su desarrollo y organización celular no se parecen a los de un cerebro real.
Si ha habido un tema de moda en la neurociencia en los últimos años ese ha sido el de los ‘cerebros de laboratorio’, organoides compuestos de tejido cerebral que crecen en una placa de Petri y que podrían servir para estudiar posibles tratamientos e incluso conocer mejor la conectividad de las neuronas.
Hasta tal punto, que se ha suscitado un debate ético sobre la posibilidad de que algún día uno de esos “cerebroides” desarrolle algo parecido a una consciencia.
Ahora, el equipo de Arnold Kriegstein, de la Universidad de California San Francisco, viene a pinchar la burbuja de los organoides mediante un estudio que demuestra que estos modelos están lejos de parecerse a un cerebro real en los aspectos más básicos de su desarrollo y organización.
En un trabajo publicado este miércoles en la revista Nature, Kriegstein explican cómo han registrado la expresión genética de casi 200.000 células individuales en la corteza en desarrollo de un cerebro real y las han comparado con lo que sucede en un ‘cerebro de laboratorio’ para comprobar el parecido de estos cultivos con el modelo.
Y lo que han visto es que hay una diferencia abismal: mientras que en el cerebro las células siguen distintas trayectorias durante el desarrollo y producen una amplia variedad de subtipos, en el organoide se producen muchas menos células maduras.
Además, la organización espacial, que es muy relevante en el funcionamiento del encéfalo, está también ausente en los tejidos cultivados.
¿Esto no salió en un episodio de Big Bang Theory?
#7 no estoy seguro, pero creo que de algo así, se hablaba en La Isla
#7 Así es...
¡Que yuyu!.
Esto es una esperanza para dotar de cerebro a muchas personas
#17 en un futuro lejano una inteligencia artificial con un numerosuficiente de nodos, soy de los que creo que esa I.A. podría generar una conciencia de sí misma y una inteligencia real, aunque de naturaleza distinta a la humana, más que nada porque no sabemos qué es realmente la conciencia o la inteligencia, pero parece que puede surgir con un caos de conexiones que interactuen entre ellos.
Lo que sí tengo claro es que si por ingenieria genetica cojo el adn de una celula cualquiera, y la engaño para reprogramarla y que se crea que es la parte del embrión encargado de generar el cerebro, y finalmente lo produce por que lo cultivo y dejo que termine el proceso, ese cerebro acabará siendo un clon del cerebro original, y aunque esté sin cuerpo, tiene todas las capacidades para poder pensar y tener conciencia ya que no deja de ser un cerebro.
#18 En mi humilde opinión, creo que la conciencia se genera a partir de conceptos basados en imágenes, sonidos, etc (experiencias sensoriales), previamente almacenados en el cerebro. Es decir, la conciencia surge de la ordenación de estas sensaciones registradas por los sentidos. Por eso no eres consciente desde el minuto 1 en que naces, sino que empiezas a ser consciente a medida que se ordenan todas tus experiencias sensoriales. Y esto creo que es válido tanto para un cerebro orgánico como para una IA (creo que la IA de ahora, tal y como la conocemos no es ni la sombra de una conciencia verdadera). Un cerebro clonado, por sí solo no generaría conciencia, debe ser estimulado a lo largo de años con multitud de experiencias sensoriales.
esto me suena al capítulo de black mirror que un hijoputa encerraba a las conciencias de clones en la nave de startrek.
Si creas un cerebro hay demasiadas probabilidades de que genere conciencia.
El experimento lo veo una aberración.
#11 ¿Puedes explicar mejor "Si creas un cerebro hay demasiadas probabilidades de que genere conciencia"?
¿Qué es para ti "crear" un cerebro? ¿Cuántas posibilidades son "demasiadas" posibilidades?
Porque a bote pronto me parece que estamos increíblemente lejos de poder crear un cerebro con conciencia...
En realidad sería más como el cerebro de un clon.
#1 en la entrevista habla de "individuo" y de "clon" y me encanta ese pequeño trocito:
Me hizo pensar en dónde residen realmente los límites de mi individualidad. Si lo llevamos a la posibilidad de cultivar espermatozoides y óvulos de esa manera... En un sentido es "clonar", pero no como lo hemos conocido.
Esta tecnología desafía la noción de que nuestra individualidad termina en nuestra piel... La idea de aceptar que somos una comunidad de células y de que cada célula es algo autónomo que puede crecer hasta convertirse en algo diferente... Eso también reta nuestra noción de qué es un individuo.
De hecho, la biología no tiene una buena definición de qué es un individuo. Ciertamente no es definido en términos genéticos porque nuestros cuerpos dependen de multitud de microrganismos que no son humanos (como las bacterias en nuestros intestinos) sin los cuales no duraríamos mucho.
Muy, muy interesante
#2 A mi me chifla este trocito...
"noción de qué"
#3 Bueno, eso puede haber sido el periodista que transcribió/tradujo la entrevista, pero lo que a mí me gusta es lo que dice sobre la individualidad Philip Ball
#2: Más que clon es una "reproducción por gemación", pero muy básico.
Joder con el artículo, supongo que será una traducción, pero además lleno de faltas...
#15 No esperarás que un minicerebro te escriba como un académico de la RAE, bastante ha hecho ya
Sentirse fuera del cuerpo de uno no es tan raro y no requiere ningún tipo de fuerza espiritual (no existen).
Simplemente configuraciones concretas de los bioquímicos de nuestro cerebro.
A mí, que no tomo alcohol ni drogas, me ha pasado después de estar 24 horas sin dormir.
Así que no creo que la primera frase sea válida.
No hace falta tanta historia. Con un espejo ya te ves a ti mismo "fuera de tu cuerpo".
Al final compusieron la calocha
Qué oportunidad perdida para hacer un mini-cerebro a partir de su polla
La nueva carne.