Eran los tiempos de los ordenadores de pantallas monocromas, las máquinas recreativas y la fascinación por las primeras consolas. Eran, también, los tiempos de la primera administración Reagan y del miedo renovado a una guerra abierta con la Unión Soviética. Dos astutos guionistas, Lawrence Lasker y Walter F. Parkes, unieron ambas temáticas. El resultado, estrenado hace 35 años, fue un clásico del cine de los años ochenta: Juegos de guerra.
Comentarios
Y ese doctor Falken, creador de un superordenador con nombre de hamburguesa, el WOPR
#3 Precisamente, el nombre era un guiño a la hamburguesa de Burger King.
Una peli que molaba en su momento a los chavales, y viéndola ahora sigue teniendo un guión consistente. De mis ochenteras favoritas.
Soy tu amiguita...
Juegos de guerra: el único modo de ganar es no jugar
#5 ... es no jugar