Que en el supermercado hay alimentos que no son lo que parecen es algo que no debería pillar a nadie por sorpresa a estas alturas de la película. En este periódico hemos hablado del queso que no es queso, del caviar que no es caviar, del pan integral que no es integral, de los palitos de cangrejo que no llevan cangrejo, o de la pechuga de pavo que no lleva apenas pavo. Sin embargo, no habíamos abordado todavía otro de los fiambres más populares allende los mares: el jamón de York, que ni es de York ni es sano, por mucho que se incluya en alguna
Comentarios
Ni siquiera viene de Yorkshire
Una buena opción es leerse los ingredientes de lo que compras, y muchas veces alucinas. Como alucina mucha gente viéndome parado ante la estantería mirando lo que pone en las etiquetas en vez de coger rápido lo que anuncian en la tele o da más al ojo. Por cierto, la relación calidad/salud con el precio no es lineal. Hay productos baratos, incluso de marca blanca, mucho mejores que los que valen una pasta, que sus fabricantes se gastan en publicidad y no en calidad.
La verdad es que comer bien es de ricos y tener mucho conocimiento de la tienda donde vas a comprar.
#1 no creas. los grupos de consumo, por ejemplo, ayudan a bajar mucho el coste de una cesta de la compra sana. te asocias con unos cuantos amigos y familiares, hacéis una investigación de mercado de productores serios, responsables y comprometidos. y al comprar en grandes cantidades te ahorras una pasta. eso sí requiere tiempo y disponibilidad.
La mejor opción, casi siepre, es comprar el más caro.