En el siglo XVIII, la gente se lavaba poco y lo hacía en seco, evitando el uso del agua. Ello se explica en buena parte por la creencia, muy extendida, según la cual la salud del cuerpo y del alma dependía del equilibrio entre los cuatro humores que se suponía que integraban el cuerpo: sangre, pituita, bilis amarilla y atrabilis. La introducción de un quinto elemento extraño, como el agua, se observaba con recelo.
Comentarios
Será de la lustración...
Baño diario... tú flipas! No hace muchos años que aún circulaba el dicho "fulano es más de baño semanal que de ducha diaria".
Sólo hay que montarse un ratito en el metro de Madrid para darse cuenta de que eso del baño/ducha diarios es un mito.
Esto demuestra que los comunistas y los anarquistas son pre-ilustrados.