'La Traca' revolucionó la prensa del país, con mucha chulería y toneladas de autorreferencias para fidelizar al público. Inventaron un concepto gráfico y expresivo que enganchó a las masas trabajadoras españolas e hizo a su ideólogo e instigador, Vicent Miquel Carceller, un empresario cultural único en su especie. Sus revistas vivieron bajo la multa constante. “En los juzgados nos sentimos como en nuestra propia casa”, se burlaban tras su denuncia número 27, y contando. “Si un día dejamos de ir pensarán que nos hemos puesto malos".
Comentarios
#0 Yo diría que es duplicada.
Fusilar al humorista: cuando el franquismo condenó a muerte al director y al dibujante estrella de La Traca
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eldiario.esAsí justificó el régimen franquista la muerte de Carceller, el editor de ‘La Traca’
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valenciaplaza.com#2 Yo creo que esta amplía mucho más las anteriores porque se centra en su recorrido profesional, las otras no abarcan tanto.
#4 Puede que tengas razón, no he las he comparado al completo. Lo decía por avisarte, ya que he ido a enviarla antes pero como he visto esas, no la he enviado.
Edito: en la búsqueda de #3 sale alguna más.
#5 No soy muy de "El Confidencial" pero hay que reconocer que en este artículo han hecho un trabajo encomiable, las otras noticias no abarcan ni el 10% del recorrido profesional de esta persona, cosa que sí hace este artículo. Mis dieces, esta vez, para el medio en cuestión.
#6 Parece ser que ha habido censura en los comentarios del Confidencial. Algunos hablan de Carceller como propagador de odio. Hay algunos que todo lo que no les gusta lo justifican porque propaga el odio.
#5 Algunas de las cuales, incluso más completas que este meneo. Es duplicada de libro.
Hiperdupe:
https://www.meneame.net/search?q=vicente carceller
#0, a ver si buscamos un poco antes de menear. Un poquito al menos. Un esfuerzo mínimo.
El material era explosivo. Tan pronto denunciaban los abusos sexuales de los curas (“Si quieres ganarte el cielo, debes ser obediente conmigo y respetarme”, le dice un párroco a un niño, que responde: “Bueno, señor cura, pero respéteme usted a mí también, ¿eh? ¡Respéteme usted a mí también!”) como se mezclaba la religión con la política. “A lo que se dedicarán las monjas cuando triunfe la República”, leemos debajo de una novicia sirviendo mesas en una taberna. Era 1914.
Había que tenerlos bien puestos para meterse con la curia en aquellos tiempos.
Al final se intentó cumplir aquello e "muera la inteligencia". A todo el que destacaba se le purgaba. Quedan muchas secuelas de aquello, hasta gente que cree que la república es mala, y hasta todo un estado oculto.Se perdieron grandes genios y ochenta años de desarrollo intelectual, que todavía no arranca.