Hace 1 año | Por RaulUrdaci a eldiario.es
Publicado hace 1 año por RaulUrdaci a eldiario.es

Cuando entró en vigor el protocolo de Montreal para reducir los productos que destruyen la capa de ozono, se produjo un desplome en el consumo de sustancias como los gases CFC. Una caída en picado de la curva como la que tendría que darse en las emisiones de CO2 para atajar la crisis climática. La aplicación del convenio es una historia exitosa, ya que el agujero del ozono se ha ido reparando. El ritmo de cura en esa herida atmosférica hizo que se pensara en 2018 que para 2030 podría estar resuelto en el norte y en 2060 en cualquier latitud.

Comentarios

D

Realmente fue a mayor gloria de la casa Dupont dueña de las patentes de los cfC.
Patente que terminaba. Así que patentó otros productos y neutralizó que la competencia pudiera usar aquellos de cuya patente perdía los derechos.

Poner al mismo nivel dejar de comer gambas y volverse vegano...

Lo del ozono se solucionó porque era fácil prescindir de los gases que lo dañaban.

B

#1 Exactamente, que aquello fue un ejemplo de que si el mundo quiere puede, cierto.

Que también fue un ejemplo de que el mundo se pone de acuerdo rápidamente si tampoco supone mucho sacrificio, el más grande de la historia.

cdya

#1 ¿Se puede ser tan tondo de comparar a reducción de fluoro carbonados de los aerosoles para no crear la capa de ozono, con la emisión de dióxido de carbono? Pues sí parece que si tu das la talla.

D

Pero no se quiere.