Hay varios mitos sobre lo que afecta el sabor del vino. Algunos dicen que unos cubos de hielo estropean un buen vino, mientras que otros juran que los críticos profesionales tienen paladares superiores que el resto de los simples mortales. Sin embargo, hay una creencia sobre el diseño de las copas de vino que al parecer sí está basada en la verdad.
“Tomo un poco de vino. Cuando llega a mi boca, saboreo un cabernet perfectamente equilibrado que sabe a levadura, fruta y piedra. Luego bebo de otra copa. Este vino llega al punto de mi lengua inmediatamente. Sabe a puro alcohol, y pocos segundos después, me llega un sabor húmedo y amargo. Este vino claramente está pasado; debería tirar la botella."
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“Tomo un poco de vino. Cuando llega a mi boca, saboreo un cabernet perfectamente equilibrado que sabe a levadura, fruta y piedra. Luego bebo de otra copa. Este vino llega al punto de mi lengua inmediatamente. Sabe a puro alcohol, y pocos segundos después, me llega un sabor húmedo y amargo. Este vino claramente está pasado; debería tirar la botella."
Invent.
Eso ocurre sólo con las tres primeras.
Por eso yo bebo directamente del cartón.
La copa no sé, el abrillantador, si.