#3 Me has recordado una de las tiras del Profesor Cojonciano de El Jueves...dedicadas a las blasfemias (anda que no ha llovido)... Con las que más me reí:
-Me cago en todos los santos a medio kilometro a la redonda, por si se me escapa alguno
-Me cago en Dios y en todos los santos metidos en un garrafón y a la Virgen de tapón.
No se puede blasfemar a seres los mitológicos de las supersticiones (caólica, judía, musulmana, etc). Decir "me cago en Dios" es como decir "me cago en Harry Potter" o "me cago en los unicornios invisibles de color rosado".
No se puede blasfemar puesto que son personajes de fantasía que solo viven en la imaginación de los creyentes. Si algún personaje de fantasía, como Dios, no está de acuerdo, pues que salga, denuncie y se defienda en los tribunales.
Comentarios
Una noticia interesante, cago en dios.
#1 Pero me cago en dios, habla bien, cojones, que no te cuesta una puta mierda!
Joder, no hago nada bueno de vosotros...
#1 Pon un poco más de arte, coño, me cago en las zapatillas de Cristo.
#3 Mi blasfemia me parece más contundente.
#3 Me has recordado una de las tiras del Profesor Cojonciano de El Jueves...dedicadas a las blasfemias (anda que no ha llovido)... Con las que más me reí:
-Me cago en todos los santos a medio kilometro a la redonda, por si se me escapa alguno
-Me cago en Dios y en todos los santos metidos en un garrafón y a la Virgen de tapón.
#3 Sí, sí... vale... pero no eres capaz de cagarte en las putas muelas de los
grajosobispos.¡Me cago en dios su puta madre y toda su puta estirpe!
Pues me cago en los capellanes !!! como decía mi abuelo
La balsfemia es la oración del pobre, putos clasistas.
Me sigo quedando con la de:
Me cago en las tetas de la virgen para que el niño mame mierda
No se puede blasfemar a seres los mitológicos de las supersticiones (caólica, judía, musulmana, etc). Decir "me cago en Dios" es como decir "me cago en Harry Potter" o "me cago en los unicornios invisibles de color rosado".
No se puede blasfemar puesto que son personajes de fantasía que solo viven en la imaginación de los creyentes. Si algún personaje de fantasía, como Dios, no está de acuerdo, pues que salga, denuncie y se defienda en los tribunales.