A lo largo de la historia existió la cruel costumbre conocida como “emparedamiento” o “voto de tinieblas”. Esta acción de encerrar a una persona entre cuatro paredes se realizaba a modo de castigo, pero a partir de la Edad Media, esta práctica pasó a convertirse en voluntaria en algunos casos, como forma de acercarse a Dios a través de la oración y la penitencia. Estas personas se encerraban por el resto de su vida en pequeñas celdas. Eran conocidas como emparedadas o muradas.
Comentarios
Lo hacían también hombres pero el titular está en femenino.
... me recuerda peligrosamente al confinamiento. Igual así sí que llegamos a Dios.
Vaya forma de desperdiciar la vida