A las bolsas de arroz o pétalos preparadas para celebrar la salida de los novios, los kits de “emergencia” con tiritas y sprays para rozaduras o los tradicionales detalles con los que se obsequia a los invitados a una boda, en los últimos años se ha sumado como tendencia la entrega a los asistentes a los enlaces de packs de medicamentos para hacer frente a los excesos, gastronómicos y alcohólicos, propios de estas celebraciones. Estos packs suelen contener medicamentos para la acidez de estómago (Almax® u omeprazol), el dolor de cabeza, etc.
Comentarios
les das 150€ de impuesto revolucionario a los novios y de vuelta te van unas aspirinas y unas tiritas
#1 Bien baratas salen las bodas por tu zona, de donde eres?
#5 Zaragoza, más que la zona es que hace unos años que no voy a una
#5 debe de ser de la cofradía del puño cerrado.
Y le deben de invitar a bodas sin coctel, banquete ni barra libre, por lo que se ve
#1 cutre
#1 ¿Impuesto? Es un atraco.
No conocía esta nueva horterada chabacana de las bodas. Me alegra no ir desde hace años a ninguna.
Lo siguiente será incluir un kit para hacer traqueotomías, por si alguien se axfisia.
Las bodas, los toros, las guerras, el fútbol, Bertín Osborne... ahí hay un hilo conductor y no lo identifico.
¿Pero de verdad esto pasa?
Pues si tienen que distribuir almax y omeprazoles y aspirinas es que los banquetes suelen ser algo excesivos.Mejor, un pica pica o un cóctel para agasajar a los invitados.
No se qué sueldos lleva la gente, pero 150 euros por cabeza es un muy buen regalo para los novios. Al menos permitiendo pagar cubierto y gastos. Y si lo que querían era sacar pasta, que en vez de boda solicitasen créditos.
Nos hemos vuelto gilip... Las bodas ya no son una celebración de un día especial con familiares y amigos. Son un petardeo total. El cubierto más caro y antes un picoteo que te quita las ganas de seguir comiendo y un sablazo para los invitados si no quieren dejarte "pringao".
Empezaron en los 60 dando cigarrito a las chicas y puro para los machotes y ha acabado siendo un despilfarro de regalitos y otras gilipuerteces, para los invitados, que la mayor parte de las veces acaban en el cajón de los trastos inútiles.