Hace 8 años | Por conversador a hayderecho.com
Publicado hace 8 años por conversador a hayderecho.com

Uno de los temas que se debaten en esta campaña electoral es la racionalización de la Administración Pública, y, dentro de ella, el papel que juegan las Diputaciones Provinciales y la fusión de municipios, para crear estructuras municipales con mayor tamaño, como medida para ahorrar gasto. No obstante, la posible fusión de municipios debe ponerse en relación con otros elementos que sería interesante analizar, como el ejercicio de los derechos que derivan de la condición de vecino, o que la Administración Local sea la Administración Pública.

Comentarios

conversador

Un interesante estudio de este asunto desde el ámbito jurídico

nadamas

#1 El problema está en lo político

D

Aquí, mucho, mucho, no es que se viaje por los pueblos pequeños, ¿verdad?

Porque los ayuntamientos fusionables de esos pueblos pequeños... normalmente comparten al único funcionario, que es el secretario, y los cargos electivos no suelen tener ningún sueldo.

Vamos, que aparte de ahorrar en el la luz de las reuniones y el agua de los lavabos...

HORMAX

El articulo confunde el concepto ayuntamiento con el de oficina municipal.

No se puede justificar la existencia de un municipio exclusivamente en base a la cercanía del local para hacer gestiones municipales.

En primer lugar porque cada vez mas gestiones se realizan a través de Internet, tendencia que se incrementará en el tiempo.

Pero aún si Internet no existiera o no se pudiera emplear, el argumento tampoco es válido, porque no se puede justificar la existencia de todo un entramado municipal solo para atender gestiones. Una oficina municipal en cada localidad en la que no exista ayuntamiento cumple perfectamente esa función sin incurrir en insoportables gastos.

Incluso una oficina municipal móvil, algo que ya se hace, es capaz de cubrir varias poblaciones a un coste mucho mas razonable que el de ayuntamiento completo en cada una.

HORMAX

Racionalizar la administración pasa por eliminar la multitud de organismos inútiles de los que está plagada y hacer mas eficientes los que son realmente necesarios.

Las Diputaciones provinciales y cabildos no son solo absolutamente inútiles sino que para poder justificar su existencia han caído en la creación de nuevas competencias que o bien solo sirven para poner trabas a los ciudadanos, limitando la productividad de estos o bien que pueden ser perfectamente asumidas por otros organismos ya existentes a un coste mucho mas reducido.

En España entre la multiplicidad de administraciones y de organismos que solo sirven para sangrar e incordiar a los ciudadanos lo único que se está consiguiendo es que la administración pública se haya convertido en un parásito de la ciudadanía a la que le extrae recursos sin límite, recursos que de otra manera se podrían reinvertir y colaborar a disponer de una economía mucho mas productiva.