Hace 8 años | Por --432809-- a labrujulaverde.com
Publicado hace 8 años por --432809-- a labrujulaverde.com

Tras la conquista de Tenochtitlán y la extensión progresiva de la presencia española en México, Hernán Cortés estaba algo preocupado porque las dos cartas de relación que había enviado al Rey no habían tenido respuesta. Por tanto, escribió nuevas epístolas: una tercera carta de relación más otra de carácter privado en la que lamentaba que no se le contestase. Y las mandó por mano de dos de sus fieles, Alonso de Ávila y Antonio de Quiñones, acompañadas de un fabuloso tesoro compuesto por cincuenta mil pesos de oro, más de ocho mil kilos de plata

Comentarios

robustiano

[...] el conquistador solicitaba que no se enviasen a Nueva España más abogados -una molestia- y sí sacerdotes para predicar. roll

D

#3 es otro mundo...

D

#3 Se os ve listos , los sacerdotes eran autoridades morales tenian mas poder y eran mas efectivos que cualquier picapleitos, evangelizando a los indigenas los ponian de su lado evitando muchas guerras y su consecuente perdida de recursos y sumando efectivos para el Imperio.

robustiano

#5 No lo dudo, pero una buena querella criminal podía poner al más bragado en su sitio...

Spuffy.es

No quiero spoilear, pero no me disgusta en absoluto cómo acabó Fleury

Corvillo

Ladrón que roba a ladrón...

D

Se abrió pues la veda contra los barcos españoles, amparándose en que el propio Francisco I había reclamado su parte del pastel americano: “Quisiera ver la cláusula del testamento de Adán que excluye a Francia de la división del mundo”.

gran argumento el de los franceses...