A diferencia de otros países, aquí estos “amados monstruos de hormigón” se asociaron con las clases pudientes, lo que hace que, pese a la desprotección del patrimonio contemporáneo, se encuentren en un estado envidiable. Solo tres podrían acabar en derribo como sucedió con ‘La Pagoda’ de Fisac, o estos días con un edificio de Paul Rudolph
Comentarios
Solo puedo decir, "Satan es mi señor"
#1 Esto se va a llenar de vicisitud y sordidez muy pronto
Son brutales.
Me falta alguna de Moreno Barberá, el auditorio del complejo educativo de Cheste, por ejemplo. Precioso y casi sin uso actualmente.
Foto de antes de la reforma, con los accesos al descubierto
A mí no me deja verlo sin pagar
#4 copia el link, ábrelo en modo incógnito y adiós cookies