La función esencial de la mujer griega era agradar al hombre; su primer deber, hacerse bella para él. Y en aquella Grecia filósofa que también reflexionó largo y tendido sobre la belleza, uno de los cánones principales era la blancura de la piel. Era símbolo de pureza y el color del marfil y del mármol de Paros, con el que los grandes escultores helénicos tallaban sus cariátides, sus venus y sus victorias, y conseguirlo llegó a ser una auténtica obsesión para las griegas...
Comentarios
"Se llama así en castellano, albayalde (deliciosa palabra de origen árabe), a un polvo también conocido como cerusa, blanquíbolo o blanco de plomo y que en realidad es carbonato básico de plomo: un polvo blanquecino que las heteras desleían en miel"
Albayalde, que buen palabro
#1 El albayalde se sigue utilizando en restauración, para dar una sensación de lacado en blanco y que no obstante se noten las vetas de la madera.
#0 el artículo vale, pero te podías haber currado un poco más la entradilla.
Pues algunos mantienen que los griegos pintaban las estatuas.
http://www.itespresso.es/los-griegos-pintaban-sus-esculturas-a-lo-miniaturas-del-warhammer-88203.html