Hace 7 años | Por makel a indiepr.es
Publicado hace 7 años por makel a indiepr.es

Esta es la historia de Mariana, una adorable señora que durante un año acudía cada día a recoger los periódicos que sus vecinos tiraban. Mariana formaba parte del paisaje humano de Peñagrande, hasta que un buen día dejé de verla pasear por el barrio. Su imagen inconfundible – con ese balanceo provocado seguramente por una lesión de cadera, con su cabellera blanca y descuidada sobre los hombros – y sus maneras educadas llamaron mi atención desde el principio.

Comentarios

hijolagranputa

En una sociedad tan deshumanizada, encontrarse y confraternizar con personas así le devuelve a uno la creencia de que no todo está perdido, que basta hablar, escuchar y entender para desarrollar una afinidad natural que todos los seres humanos tenemos entre nosotros y que nos define como animales gregarios.
A mi me pasó algo parecido.
Trabajo en un comercio grande, de barrio.
Practicamente todos los días venía "Manuel", un viejo arriero, con el cuerpo y la mente gastados por años y años de duro trabajo.
Solo era un vestigio del hombretón que fue en su juventud, pero a pesar de eso no había perdido su chispa, su gracia y sus ganas de cachondeo.
Lo que más le gustaba hacer era colocarse detrás de todos los clientes que se apegotonaban en el mostrador, girarse hasta darles la espalda y preguntar en voz alta: "¿La mujer de quiennnn?"
La reacción de todo el mundo era, claro, girarse para tratar de pillar algo de la conversación en la que habían delatado la relación extramatrimonial de una señora. Ni la relación ni la señora existían y eso hacía que los dependientes nos revolcásemos por el suelo cuando nos preguntaban quien era la supuesta infiel.
También le gustaba enseñarnos los trucos para dirirgir a los burros "RIAHHH para la izquierda y BOAHHH para la derecha".
Le gustaba mucho abrirse la camisa y enseñarnos "su melón", que no era otra cosa que un tumor que tenía en el vientre y que, de no tratarlo, había tomado dimensiones épicas.
Finalmente una sobrina le llevó al médico y se lo extirpó, pero solo duró un mes tras la operación.
En el trabajo lo seguimos recordando y yo he adaptado como propia la broma de preguntar "¿La mujer de quiennn?

Que buena persona reclamó Dios para que le acompañase y divirtiese.

kumo

Si esto no es La Gente de Bart, yo ya no sé...

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Da a la reflexión.

el anonimato entre la multitud

IshtarSpider

¿Entendí mal o Mariana trabajaba para asuntos internos,la descubrieron los polis malos y por eso desapareció? ¿Hm?