Hace 1 año | Por dmeijide a aldescubierto.org
Publicado hace 1 año por dmeijide a aldescubierto.org

Un fantasma recorre las soflamas de la derecha alternativa. Un enemigo común contra el que se erigen todas las fuerzas y líderes reaccionarios de un lado y otro del charco. Por estas tierras es conocido por el sobrenombre de marxismo cultural. En los años 90, una vez cayó el «telón de acero» y la Unión Soviética fue abocada a su disolución, los movimientos reaccionarios se quedaron sin un antagonista, sin alguien a quien señalar como el origen de todos los males. Quienes proclamaban las bondades del capitalismo se envalentonaban hasta el punto

Comentarios

Supercinexin

Todo lo que una persona necesita saber acerca del "marxismo cultural" es que es una fantasía inventada por los neofascistas de finales del siglo XX / principios del XXI para revestir su carcinógena ideología clasista, racista, machista, xenófoba, homófoba y aporófoba como algo cool, antisistema, rebelde y contestatario, cuando en realidad no es más que la misma puta mierda de siempre de las derechas reaccionarias y ultraconservadoras de toda la vida desde el siglo XIX.

Ésto ya lo veía yo de chaval en las canciones de los grupos de RAC y los eslóganes de bandas skinheads NS. Muchos lustros antes de que se popularizaran entre la borregada términos como "dictadura progre" y demás fumadas de sapo bufo. Muy bien jugado, las derechas, calzando dentro de la sociedad esas líneas de pensamiento en las que la gente se cree que es "más libre" por pedir la opresión salvaje e institucionalizada de todos los elementos de la sociedad que no concuerdan con el "ideal" ultraderechista.

tiopio

Los ultras viven en un mundo de fantasía que se convierte en pesadilla para los ciudadanos normales y corrientes.

P

no podía sino ser creación de derechistas tontos al igual que cuando ocupan el eufemismo de la ONU para no nombrar a Estados Unidos.

D

La Escuela de Frankfurt nos dejó un legado impresionante de cara a la emancipación humana, y en vez de comprenderlo y usarlo con esa intención, lo convertimos en una mera pieza de debate con la derecha.

Por poner un símil que entiendan los "marxistas" actuales, es como tener un iPhone de última generación, y usarlo para clavar clavos en la pared.