Estudios de exploración cerebral muestran que los pacientes de misofonía tienen cerebros programados para producir respuestas emocionales excesivas -sobre todo de ira- ante determinados ruidos cotidianos. ¿Eres uno de ellos? Se trata de una condición conocida como misofonía, que es mucho más que ser sensible a ruidos como el que produce un tenedor raspando un plato. "Siento que hay una amenaza y tengo el deseo de atacar, me pongo en modo 'pelea o huida'", dice la paciente Olana Tansley-Hancock, de 29 años, de Kent, Reino Unido.
Comentarios
La furia que sientes cuando escuchas a alguien masticar se llama misofonía
La furia que sientes cuando escuchas a alguien mas...
playgroundmag.netale, ya tengo otro síndrome que meter en la saca.
#1 No obstante lo explicado en el artículo, se supone o se da por supuesto que estamos hablando de sonidos normales y naturales.
Obviamente que no es normal:
a) Un señor/a que tose a cada segundo en un concierto de la Orquesta Sinfónica.
b) La persona que no para de abollar y estrujar la bolsita de pop-corn durante una película de suspenso con todo el cine expectante.
c) El novio que le mastica papa-fritas a 10 cm del oído de la novia durante media hora o más, y luego a la misma distancia le arroja tres eructos con olor a cerveza.
d) La persona que durante dos horas esta sorbiendo un moco a punto de precipitarse al suelo en un viaje de turismo justo al lado nuestro.
Y debe haber más ejemplos.
Bueno hasta aquí algunas cosas por las que no te pueden acusar de sufrir misofonía.
Quizás a otros lectores se les puede ocurrir otros ejemplos.
#10 la gente que se pasa 45 horas seguidas removiendo el café con la cucharilla para disolver el azúcar.
Si además es durante una llamada telefónica y encima son kikos la sensación es de ira absoluta.
A mi me pasa algo parecido cuando escucho a personas comiendo, sobretodo cuando lo hacen con la boca abierta y procuran hacer todavía más ruido. Los putos sorbidos, la cara de imbécil mientras mastica, el choque de la cuchara en los dientes, etc. Siempre lo había achacado a que mis padres me exigían ciertos modales en la mesa, al leer el artículo tampoco creo que fuera muy desencaminado.
También es cierto que los ruidos me molestan más o menos según de quien vengan.
A mi lo que me jode es ir a un restaurante y ver a todo dios a grito pelado. Claro, la gente de al lado grita tanto que para que te oigan en tu mesa hay que levantar la voz... y esto se realimenta solo. He llegado a ver a gente roja de gritar en restaurantes a algo que bien podrian ser 110 dB
#5 Eso ocurre normalmente en la hora del almuerzo y aumentado un 1000% en bares con paredes peladas que hace que reboten aún más los gritos. Yo tengo un par de bares vetados por ese motivo.
La machofobia aqueja ya a una de cada dos mujeres. Consiste en una repugnancia exacerbada ante la presencia de cualquier hombre
#4 disculpa, creo que se te ha caído esto:
#7 jeje, gracias