Han pasado un par de días desde que vi la imagen del presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, entregando los Premios de Traducción Rey Abdullah Bin Abdulaziz a una mujer vestida, o mejor dicho, cubierta con un niqab, y aún siento el nudo del bochorno en el estómago. La mujer, la única premiada entre diecisiete hombres, recogió su premio tapada de la cabeza a los pies, sin mantener ningún tipo de contacto físico ni con el presidente autonómico ni por supuesto con el príncipe saudí. No se mencionó su nombre en ningún momento...
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El Emiliano García-Page es el que vetó una conferencia de ateos en Toledo, el I Concilio Ateo de Toledo, cuando él era alcalde.
O sea, con ateos no sólo no quiso reunirse, sino que además vetó la conferencia pero, el hombre, no tiene problemas para juntarse con Rouco Varela, con su íntimo amigo el arzobispo Cañizares, con ofrecer gratis subvenciones al obispado y en hacerse fotos con mujeres con burka.
Así que no es extraño la extrema-derecha del PP (que fue a por el aborto y que metió los dogmas evaluables en los coles) teniendo la derecha ésta casposa del Psoe con figuras como Page, Bono, Susana Díaz (la catequista) y demás perlas de socio-listos.
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