A veces, los personajes más denostados y crueles de la historia tienen facetas de su personalidad que sorprenden a propios y extraños. Es el caso por ejemplo de Adolf Hitler, un hombre que no tenía escrúpulos en ordenar el asesinato sistemático de millones de personas y en enviar a sus compatriotas a morir en el frente, pero que en cambio mostraba un afecto insólito por los perros que le acompañaron a lo largo de su vida.
Comentarios
Menudo monstruo... trataba a las personas como animales y a los animales como personas.
#1 pues como la mitad de los dueños de mascotas.
#1 Y encima era vegano!
No he leído el artículo pero estoy harta de ver gente más preocupada por los animales que por las personas
#2 menuda " sociedad" más bonita modesta quedando
Tiene lógica que Hitler apreciase a los perros: no hay animal mas servil.