Hace 3 años | Por tiopio a culturacientifica.com
Publicado hace 3 años por tiopio a culturacientifica.com

Las razones para matar son muchas y variadas, según el interesado en este asunto que nos lo cuente. Aquí van varios ejemplos. Agatha Christie dice que la causa puede ser pasional, el dinero o una idea. Erle Stanley Gardner habla del poder y el dinero, y añade que es inevitable en una sociedad tan competitiva como era Estados Unidos en la época de Perry Mason, en los cincuenta del pasado siglo. Y John Verdon, escritor de este siglo, repite el sexo, el dinero, el poder, la venganza y los delirios o misiones sagradas. Arthur Koestler, filósofo y…

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tiopio

Kandido Azpiazu Beristain: Uno de los nuestros

Era el 21 de septiembre de 1962 en Azkoitia, Gipuzkoa, después de comer, hacia las cuatro de la tarde. Una mujer, con un niño de la mano y otro en brazos paseaba. Al chaval se le escapó el balón con el que jugaba y salió a la calle. El niño no lo dudó y salió de inmediato a recogerlo y su madre le siguió. Venía un camión. Un hombre, sentado en una silla a la puerta de una tienda de muebles, cogió al bebé de brazos de su madre mientras esta saltaba a la calzada. Ambos, madre e hijo murieron atropellados por el camión. El hombre que salvó al bebé se llamaba Ramón Baglietto y el niño, de 11 meses, era Kandido Azpiazu Beristain.
Ramón Baglietto

Han pasado 18 años. Estamos a 18 de mayo de 1980. En la carretera entre Elgoibar y Azkoitia, un Seat 131 robado, con el conductor y un pasajero, se sitúa en paralelo a un Seat 124 blanco y disparan con una metralleta Steiner y con pistolas Browning. El 124 se sale de la calzada y se estrella contra un árbol. El pasajero del 131 sale del coche, se acerca al 124 y con la pistola le dispara el tiro de gracia. No quiere errores, solo muertos. El militante de ETA se llama Kandido Azpiazu Beristain y el asesinado es Ramón Baglietto.

Ahora pasamos otros 25 años y llegamos al 16 de marzo de 2005. Ese día, un etarra salido de la cárcel 10 años antes, se instala como cristalero en una lonja del número 14 de la calle Ibai Ondo de Azkoitia. En ese portal, dos pisos más arriba, vive la viuda de un asesinado por ETA, ahora concejala del PP en el ayuntamiento de su pueblo por donde se mueve siempre acompañada de sus dos guardaespaldas. La viuda se llama Pilar Elías, su marido era Ramón Baglietto, y el cristalero es Kandido Azpiazu Beristain.

Ramón Baglietto, apodado El Pintor, había nacido en Bilbao en 1936 y, en 1962, cuando el accidente con el camión, tenía una tienda de muebles en Azkoitia y estaba prometido a Pilar Elías, la hija del viejo Elías, propietario de la única gasolinera en la carretera de Elgoibar. Fue teniente de alcalde y militante de UCD. Cuando fue asesinado tenía dos hijos, de 9 y 13 años. Su tienda de muebles estaba en la Avenida de Calvo Sotelo, hoy Xabier Munibe Kalea.

María Pilar Elías era de Azkoitia e hija, como ya he dicho, del dueño de la gasolinera de la carretera de Elgoibar. Nació en 1942 en la casa en que todavía vive, en la calle Ibai Ondo, frente al río Urola. En los bajos está la cristalería de Kandido Azpiazu. Tiene, en 2006, dos hijos y tres nietos. Después del asesinato de su marido, años más tarde, fue concejala del PP en el Ayuntamiento de su pueblo durante mucho tiempo, hasta 2011.

Kandido Azpiazu Beristain, de Azkoitia, donde nació el 20 de octubre de 1961, hijo de José Azpiazu, carpintero, y María Nieves Beristain, sus labores, que murió con su hijo mayor, de dos años, José Manuel, atropellados por un camión. Desde los 14 años, Kandido se movió por ambientes de la izquierda abertzale y a los 16 ya quiso entrar en ETA. Empezó a trabajar de carpintero, como su padre, aunque en otra empresa, pero a los 18 años cometió sus primeros atentados y acabó en la cárcel. Se casó con Milagros y tuvo, por lo menos, una hija. Su padre se volvió a casar y nunca le contó a su hijo que Ramón Baglietto le había salvado la vida cuando era un bebé. No se lo relató pero, después del asesinato, nunca pudo aceptar que su hijo había matado al que le salvó la vida.

Todos vecinos del mismo pueblo, todos se conocen desde niños, todos son uno de los nuestros. Por lo menos, eso parece. Pero Kandido Azpiazu nos aclaró algunas dudas en una entrevista que se publicó en 2001. Por ejemplo,

“-Yo no soy un asesino.
-Pero usted ha matado.
-Porque tenía que hacerse.”

“-¿Cómo te convertiste en asesino?
-Yo no soy un asesino.
-Has matado.
-Por necesidad histórica.”

“Y era bonita esa sensación de ser vasco. Desde que tengo uso de razón he luchado por la independencia de los vascos.”

“-Uno siempre era consciente -dice Azpiazu- de que algún día haríamos lo que después realmente hicimos. Era un largo proceso. Uno no se dice de repente: ‘Hoy me convierto en autor de atentados’, ¿entiendes?, ¿entiendes? Uno madura hasta que…”

“-¿Te asustaste?
-Nosotros no sentimos el deseo de matar.
-¿No te pudiste negar?
-No quise.
-Ese momento… Ese momento fue duro.
-¿Tuviste miedo?
-No. Uno estaba preparado para entregar su vida.
-¿Conocías a la persona?
-Sí.”

“-Tuvo que ser así.
-¿Por qué?
-Ese hombre formaba parte del aparato opresor, era conocido de Marcelino Oreja, el entonces ministro de Asuntos Exteriores del Estado español.
-¿Y eso bastaba?
-La decisión vino de arriba.”
La decisión vino de Eugenio Etxebeste, Antxon, entonces número dos de ETA y además, no hay que olvidarlo, primo del asesinado Ramón Baglietto.
“-¿Cómo le mataste?
-Una acción armada no se hace con globos. Lo que ocurrió fue la acción de un miembro consecuente… Nada más.
-¿Te arrepientes?
-Tuvo que ser así. Uno no se sentía orgulloso de ello, no se sentía ni odio ni alegría.”

D

#1 penita da que cientos de ex-etarras estén pululando tranquilamente por las calles, habiendo tenido 40 años para poner la cadena perpetua no revisable a estos engendros

D

yo le voy a preguntar a Irene Montero las razones del asesino que seguro que lo tiene muy claro

D

Muy interesante.

D

I Don't Like Mondays

D

O si te pagan por hacerlo. Yo eso lo entiendo.

(daré positivo a quién acierte la cita)