Hace 7 años | Por Ratoncolorao a nuevatribuna.es
Publicado hace 7 años por Ratoncolorao a nuevatribuna.es

El reformismo impulsado por el despotismo ilustrado también llegó a los muertos, o más bien, a los cementerios, habida cuenta de la constatación de los peligros sanitarios que acarreaban las necrópolis intramuros de las ciudades, la práctica de enterramiento más común en la España moderna. En 1781, el rey Carlos III mandó al Consejo de Castilla que pidiera informes a los Arzobispados y Obispados.

Comentarios

Ratoncolorao

Poco se valora el grandísimo legado de Carlos III en tantos y tantos ámbitos.

kikuyo

Cementerios, hospitales, cárceles y escuelas. Cuatro ámbitos que cambiaron radicalmente su estructura por la misma época y que prefiguraron la sociedad occidental moderna; como bien se expone en la obra de Foucault.

Guanarteme

Por eso cada vez que hay que hacer un hoyo al lado de una iglesia antigua aparecen huesos como para parar un tren. Encima la gente veía eso de enterrarse en un terreno fuera del pueblo como poco menos que asegurarse la condenación, creencia que la Iglesia tampoco tenía mucho afán en desmentir, ya tenía un negocio estupendo vendiendo sepulturas en los lugares más "chics" de cada templo.
Menos mal que se impuso el criterio ilustrado porque el hedor a muerto de los antiguos conventos e iglesias era insoportable.