El rock no ha muerto, pese a que lo hayan matado varias veces. La primera, por accidente, se registró el 3 de febrero de 1959, el día que murió la música, cuando Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper fallecieron al estrellarse en Iowa el avión en el que viajaban. Luego se continuaron expidiendo certificados de defunción, aunque acto seguido nuevas bandas resucitaban el género, renovándolo o apelando a la nostalgia.
Qué manía con matar el rock. Y qué manía con pensar que no hay música más allá de España. Dentro del espectro del metal, que en última instancia son evoluciones musicales que salieron del rock, ahora mismo hay más oferta de la que ha habido nunca, en todos los estilos, y es más fácil que nunca acceder a esa oferta. Los festivales se petan. Se ha perdido cuota de mercado, eso está claro. ¿Pero morir?
Por favor... Es un momento pasajero de los estilos musicales, sé que volverá a resucitar de sus propias cenizas, pero en mientras, tenemos que estar viendo como una sociedad de niñxs de cristal, van de super-rappers, con ningún talento y lo exprimen, hasta que le salga coca por las uñas de los pies.
Cada generación tuvo sus propios estilos musicales, pero en estos años que estamos viviendo, va decreciendo los que:
- Me encanta la música y lo hago por amor al arte...
Y los que sólo quieren ver DINERO y pisar a cualquiera que esté por encima de ellos... Un mundillo muy hipócrita, lleno de blanqueadores de dineros, mafias y egocentrismo a rabiar.
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Qué manía con matar el rock. Y qué manía con pensar que no hay música más allá de España. Dentro del espectro del metal, que en última instancia son evoluciones musicales que salieron del rock, ahora mismo hay más oferta de la que ha habido nunca, en todos los estilos, y es más fácil que nunca acceder a esa oferta. Los festivales se petan. Se ha perdido cuota de mercado, eso está claro. ¿Pero morir?
Mientras siga vivo el Metal
Por favor... Es un momento pasajero de los estilos musicales, sé que volverá a resucitar de sus propias cenizas, pero en mientras, tenemos que estar viendo como una sociedad de niñxs de cristal, van de super-rappers, con ningún talento y lo exprimen, hasta que le salga coca por las uñas de los pies.
Cada generación tuvo sus propios estilos musicales, pero en estos años que estamos viviendo, va decreciendo los que:
- Me encanta la música y lo hago por amor al arte...
Y los que sólo quieren ver DINERO y pisar a cualquiera que esté por encima de ellos... Un mundillo muy hipócrita, lleno de blanqueadores de dineros, mafias y egocentrismo a rabiar.