Oh, los cielos del otoño madrileño: azules, soleados, luminosos. ¡Qué relajado es mirar las nubes mientras paseas por el Retiro! Pero un momento: ¿Qué demonios es ESO que tapa el cielo? La Torre de Valencia. No importa: siempre puede uno dirigirse al estanque del parque para disfrutar del horizonte: el agua, las barcas, las columnas del monumento a Alfonso XII… y la Torre de Valencia. Quizá la solución sea salir del Retiro, bajar hasta Cibeles y deleitarse con las vistas… Historia de una controversia que dividió al tardofranquismo y aún colea.
Comentarios
Como edificio no está mal (si le quitasen los cierres de las terrazas, que son espantosos).
El problema es donde está y la desproporción de escala, pero es un edificio arquitectónicamente defendible (y urbanísticamente discutible).
#2 ¿Satán es tu Señor?
#5 No, bueno sí, ¡Bah, yo qué se!
El edificio está bien orientado, tiene buenas vistas, unas terrazas chulas (¿he comentado ya que habría que empalar a los que les pusieron esos cierres, cada uno por su cuenta?), ordena bien formalmente la base comercial y el fuste residencial, etc. Con una mano de pintura o un panelado de fachada y quitando los cierres de las terrazas pasaría por un edificio de hoy mismo y tiene casi medio siglo.
Otra cosa es que urbanísticamente eso deba estar ahí, o que deba tener esa altura estándolo; que eso ya entra más en el rango de lo satánico.
#6 seguro que los que viven ahí están encantados
Lo bueno es que desde esa torre tendrán unas vistas privilegiadas de Madrid.
Oh, los cielos del otoño madrileño: grises, grises claritos, luz entre gris. ¡Qué relajado es mirar la contaminación mientras paseas por el Retiro!
pues yo nunca me había fijado! que bueno