Mucho antes de que Pablo Escobar y sus colegas colombianos enviaran cocaína a través de las selvas en submarinos caseros, los contrabandistas durante la prohibición ya disparaban torpedos cargados con whisky a través de las aguas canadienses al lado americano de los Grandes Lagos.
Años después, en algunos estados, había leyes contra el "moonshining" (destilación ilegal de licores) y algunos productores de la America profunda empleaban conductores especializados en entregar el licor en tiendas de las ciudades esquivando los controles de la policia.
Hace un tiempo leí un artículo en el que (ya mayores) reunieron a uno de esos conductores con uno de los policías que solían perseguirle, ambos contando todo tipo de anécdotas, pero la que me llamó la atención fue el truco que empleaba el conductor. Habían instalado en su coche un interruptor en el salpicadero, que al pulsarlo se apagaban los pilotos traseros del coche, de modo que el policía que le perseguía no podía guiarse por ellos para saber donde estaban las curvas, con el resultado de que muchos coches de polícia acababan en el prado. (en los años 50 los faros de los coches no eran muy allá)
Comentarios
Hay de sorprendentes la verdad. Como la de esta pequeña petaca. 😏
#1 Yo he visto a más de uno entrar así al fútbol...
#2 Yo a algún concierto ya he entrado con una petaca en la huevada.
Años después, en algunos estados, había leyes contra el "moonshining" (destilación ilegal de licores) y algunos productores de la America profunda empleaban conductores especializados en entregar el licor en tiendas de las ciudades esquivando los controles de la policia.
Hace un tiempo leí un artículo en el que (ya mayores) reunieron a uno de esos conductores con uno de los policías que solían perseguirle, ambos contando todo tipo de anécdotas, pero la que me llamó la atención fue el truco que empleaba el conductor. Habían instalado en su coche un interruptor en el salpicadero, que al pulsarlo se apagaban los pilotos traseros del coche, de modo que el policía que le perseguía no podía guiarse por ellos para saber donde estaban las curvas, con el resultado de que muchos coches de polícia acababan en el prado. (en los años 50 los faros de los coches no eran muy allá)
Eran como los narcotraficantes modernos. imaginación no les falta