Julia es una cabeza de una adolescente que ha transformado uno de los espacios más conocidos de Madrid, la plaza de Colón. Un lugar abierto y caótico en el que la obra de Jaume Plensa se ha convertido en la verdadera protagonista que los madrileños no quieren dejar marchar esta escultura de 12 metros de altura. Cuando el artista recibió el encargo lo vio como un “regalo envenenado”. El concepto que tenía de la ubicación era el de un compendio de desastres y problemas urbanísticos no resueltos. Incluso conflictos ideológicos.
Comentarios
Pues espero que se quede, porque el efecto estético en la plaza es buenisimo, una plaza que es un potpurri de estilos arquitectonicos bastante descabalados. Por cierto. A quien le interese, escribí sobre ello por aquí:
https://remadmalditos.wordpress.com/2020/01/02/julia-y-la-bandera/
No entiendo la polémica/problema. ¿Quiere Plensa vender su obra al ayuntamiento de Madrid? ¿Quiere el Ayuntamiento comprar la obra? Si las dos respuestas son afirmativas no habrá problema. Si una de ellas es negativa, pues no podrá ser.
Lo que me sorprende es que hayan encontrado a madrileños a los que les gusta esa estatua. Yo cada vez que paso por ahí y la veo me produce una absoluta indiferencia, como la del sapo de metal que hay cerca. No me transmite nada, no veo algo "madrileño" que justifique que se deje puesto en la vía pública.
#3 Cierto, no está tomándose una caña. Eso sí es madrileño.
Está a salvo a ser de piedra. Si fuera un árbol, carapedo la cortaría.
Hay que esperar que salgan Ulises y cía de dentro.