Soy un nativo digital, es decir, un miembro de la primera generación que nació ya rodeada de ordenadores. De modo que, cuando mi generación se sintió llamada a parar la inminente guerra contra Irak, me reuní con mis amigos para hacer lo que creíamos que sería más eficaz: construir un sitio web magnífico.
Revolucionarios de blog hay millones, pero a la hora de la verdad. A la hora de actuar o dar la cara, no quedará ni uno.
Ahí queda claro que la red es una herramienta complementaria que no debe sustituir al mundo real, y mucho menos despegarse de él. Porque aunque esos "nativos digitales" construyan mundos dentro de ella, la vida real sigue controlada por gente que no sabe siquiera enviar un email.
El activismo basado en el uso de Internet se convierte en un refugio de la lucha local y cotidiana; es una huida de las calles de cemento a la superautopista de fibra óptica. Así, las campañas por Internet imparten la peor de las lecciones: enseñan a una generación de activistas a renunciar a implicarse en las luchas que tienen lugar en su entorno mientras toman parte en batallas lejanas en las que tienen menos capacidad de causar efecto. En las palabras de Simon Critchley, «la resistencia comienza por ocupar y controlar el terreno sobre el que uno pisa, en el que uno vive, trabaja, actúa y piensa».
#3 No todos los activistas se implican en luchas lejanas. Algunos hacemos justamente lo contrario: tomar parte en batallas cercanas en las que es posible obtener efectos.
Comentarios
Mucho tecleo y poca lucha activa!!!
Y el google ya sabe de nosotros hasta las bragas que nos ponemos!!
Revolucionarios de blog hay millones, pero a la hora de la verdad. A la hora de actuar o dar la cara, no quedará ni uno.
Ahí queda claro que la red es una herramienta complementaria que no debe sustituir al mundo real, y mucho menos despegarse de él. Porque aunque esos "nativos digitales" construyan mundos dentro de ella, la vida real sigue controlada por gente que no sabe siquiera enviar un email.
#1 Tus afirmaciones son discutibles "a la hora de dar la cara, no quedará ni uno".
El activismo basado en el uso de Internet se convierte en un refugio de la lucha local y cotidiana; es una huida de las calles de cemento a la superautopista de fibra óptica. Así, las campañas por Internet imparten la peor de las lecciones: enseñan a una generación de activistas a renunciar a implicarse en las luchas que tienen lugar en su entorno mientras toman parte en batallas lejanas en las que tienen menos capacidad de causar efecto. En las palabras de Simon Critchley, «la resistencia comienza por ocupar y controlar el terreno sobre el que uno pisa, en el que uno vive, trabaja, actúa y piensa».
#3 No todos los activistas se implican en luchas lejanas. Algunos hacemos justamente lo contrario: tomar parte en batallas cercanas en las que es posible obtener efectos.