Texto del filósofo Agustín García Calvo en el que se nos recuerdan los puntos flacos y fuertes del Poder, con motivo de la queja que ahora nos concierne. Algunos de estos consejos son: No aprenderse el nombre de los poderosos, no usar su lenguaje, no protestar "hacia arriba", no aprenderse sus leyes, no imitar sus mecanismos de organización, no dialogar con ellos. "Nada que sea práctico para la Administración de muerte puede ser práctico para la rebelión en contra de ellos". Un texto complejo, pero muy ilustrativo al respecto.
Comentarios
f) Imitar los mecanismos democráticos. Es un procedimiento de asimilación al Orden que se produce casi espontáneamente: apenas ha surgido un brote de rebelión, ya están organizándose comisiones y nombrándose representantes, y dedicándose a votar y contar manos en las asambleas, cuando no se cae en la conocida trampa de hacer un referéndum con urnas y voto secreto y personal. Les han dicho los mayores que eso es lo práctico, lo que se hace.
La principal herramienta del sistema es convencer a quienes están sometidos a él que el propio sistema es la única vía para "cambiar algo".
Pocas cosas satisfacen más a Roma que un esclavo queriendo "ganar su libertad" sirviendo de entretenimiento en el circo.
Pocas cosas satisfacen más a un usurpador del estado o a un poseedor del poder económico que un ciudadano "convencido" vaya a votarles. Decían: "Que voten a quien quieran, pero que voten" como coletilla incluso añaden "aunque sea en blanco". Normal, en eso consiste el negocio.
La incomodidad que les provoca algo que no han "autorizado", previsto, planificado previamente cómo lo van a dirigir y manipular, no es nada comparado con que "no les hagan ni puto caso". Tienen todo un modelo de negocio basado en el reparto del estado.
Mientras tanto, en sus despachos se regodean en las incomodidades cotidianas: que protesten los jipis, perroflautas y descarriaos, ya se cansarán, es inevitable... y cuando necesitemos más cohartada volverán a hacer lo mismo que "creen que tienen que hacer". Tenemos televisión, periódicos, radios, controlaremos la internez y lo más importante, treinta millones de gente ya convencida de que pintan algo haciendo lo que les decimos que es correcto.
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