Eran las tres de la madrugada del jueves cuando un vecino de una calle perpendicular a Feria trabajaba en el ordenador y se le ocurrió mirar por la ventana. El vecino dio un respingo en el asiento al ver en la fachada de enfrente a un hombre escalando, cual «spiderman», y colarse por la ventana de una vivienda de la segunda planta. No lo dudó y marcó el 091. Cinco minutos después una decena de agentes de la Policía Nacional de uniforme y paisano se presentaron con gran sigilo en la vivienda cuando el caco aún estaba dentro.
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Después de jugar al Assasin's Creed cualquier edificio parece fácilmente escalable
Pandilla de locos
Los superhéroes ya no son lo que eran.