Hace 14 años | Por pablicius a nytimes.com
Publicado hace 14 años por pablicius a nytimes.com

Un informe publicado el martes documenta como un creciente número de agricultores estadounidenses incumple las reglas en sus plantaciones de maíz modificado genéticamente. El maíz contiene genes que le hace desarrollar insecticidas en la propia planta. Para evitar que los insectos desarrollen resistencia, tienen que tener plantaciones refugio no modificadas. Pero estas son cada vez más escasas. Traducción en comentario 1.

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LOS AGRICULTORES SE SALTAN LAS REGLAS EN SUS CULTIVOS GENETICAMENTE MODIFICADOS SEGÚN UN INFORME

Hasta el 25% de los agricultores americanos que cultivan maíz modificado genéticamente han dejado de cumplir las reglas que pretenden mantener la resistencia de las cosechas a los daños causados por insectos, según el informe de un bufete publicado el martes.

El aumento de agricultores que se saltan las reglas, desde menos del 10% hace pocos años, incrementa el riesgo de que los insectos se vuelvan resistentes a las toxinas contenidas en el maíz, que se pretende que los maten. Y plantea la cuestión de si la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) está vigilando adecuadamente.

Los datos “deben ser una llamada de atención de que el sistema de control no está funcionando”, dice Gregory Jaffe, el autor del informe. Jaffe es el director de proyectos de biotecnología de Centro de Ciencia para el Interés Público, un grupo de Washington que no se opone a las modificaciones genéticas pero apoya una regulación más estricta.

Las variedades en cuestión, llamadas maíz BT, tienen genes bacterianos insertados en su ADN de modo que la planta produce unas toxinas que matan a ciertos insectos que comen del mismo. Se plantaron en 2008 unos 49 millones de acres de maíz BT, el 57% del total nacional.

Hasta ahora hay pocas pruebas de que los insectos hayan desarrollado resistencia a las toxinas del maíz. De todas formas, si lo hacen, las cosechas no solo se volverían ineficaces, sino que también dañarían a los agricultores de orgánicos que usan toxinas bacterianas BT como pesticidas naturales para fumigar sus cosechas.

Para evitar dicha resistencia, la EPA obliga a los agricultores a plantar el 20% de su superficie con maíz no BT para que sirva de refugio a los insectos. La idea es que si un insecto se vuelve impermeable a la toxina BT, es probable que se empareje con un no resistente del refugio, y la descendencia no sería resistente.

Aunque cada empresa es responsable de comprobar que el agricultor cumple la norma, las cinco grandes (Monsanto, Pioneer Hi-Bred, Syngenta, Dow AgroScience y Bayer CropScience) dan un informe conjunto anual a la EPA.

El señor Jaffe consiguió ese informe de la EPA. Según el mismo, de 2003 a 2006 alrededor del 90% de los agricultores que cultivaban maíz resistente a un determinado insecto (el corn borer) tenía un refugio de tamaño adecuado. La tasa cayó al 80% en 2007 y al 78% en 2008.

Solo el 74% de los agricultores tenían refugios para maíz resistente al cornworm en 2008, desde el 89% en 2006. Y solo el 63% los tenía en ubicaciones suficientemente cercanas a las plantaciones de BT.

Nicholas Storer, el jefe del grupo que hace la encuesta, dijo que las empresas admiten la existencia del problema y llevan dos años con la campaña “respeta el refugio”, enviando postales a los agricultores y poniendo vallas en las carreteras del Cinturón del Maíz.

“No estamos contentos de ver tendencias negativas”, dijo Storer.

Un factor tras la bajada pudo haber sido los estratosféricos precios del maíz en 2007, que podría haber tentado a los agricultores a plantar más maíz BT. También los agricultores se podrían haber confundido con las nuevas variedades que protegen contra más de un insecto, y que tiene cada una requerimientos diferentes para las plantaciones refugio.

La industria tiene interés en que la tecnología BT siga siendo efectiva, pero también investiga la forma de reducir los requerimientos de plantaciones refugio para que se pueda plantar más del genéticamente modificado.

Una forma de hacerlo es ponerle más de un gen a la misma variedad, haciendo más difícil que el insecto se pueda hacer resistente a todas las toxinas.

Monsanto y Dow recibieron hace poco permiso para que el recientemente desarrollado maíz SmartStax tenga unos refugios de solo el 5%. Esta variedad contiene seis genes de resistencia a los insectos.

Pioneer ha pedido que se autorice el “refugio en una bolsa” para su nueva semilla Optimum AcreMax. Un 2% de semillas en cada envase serían no BT, de modo que ya no habría necesidad de hacer parcelas separadas porque las plantas no BT estarían dispersas por toda la plantación.

Pero los científicos advierten a la EPA que no ven clara la propuesta de Pioneer, y la agencia todavía no la ha aprobado.

D

Debería ser obligatorio siempre avisar de cuándo se trata de productos genéticamente modificados o no. Al final tendremos que plantar cada uno nuestra comida para estar seguros de que es natural...

b

A Monsanto le interesará esto un rabano... "Ya vendimos el maíz transgenico, no es nuestro problema". Al rato los bichos no se mueren ni con un zapatazo.