Los 1.400 trabajadores de la OEK -que cobran un máximo de 1.500 euros, incluidos los ingenieros-irán a la calle en breve. Entre ellos, el matrimonio Lambrusi, que se quedará sin trabajo, sin salario, sin sustento y sin posibilidad de que su hijo siga recibiendo tratamiento. La mujer aseguraba haber pedido empleo en el Ministerio de Trabajo pero, dados los recortes también en esa institución, se lo denegaron. De ahí que tomasen una decisión desesperada: el suicidio como denuncia. La tasa de suicidios se ha incrementado en un 40% con la crisis.
Comentarios
El suicidio es lo último. Una buena pedrada antes mas mejor. Un ejemplo internacional del expolio financiero a un pais de donde salieron los principios de la lógica, y la ciencia. Con razón eran reacios a dejar el dracma.
Se ha escrito mucho, pero es más claro que nunca que vivimos en una dictadura inhumana. Hay que salir a la calle a luchar, organizarnos y tomar el poder para echar a la dictadura empresarial y financiera.
Y mientras el pueblo es desfalcado por bancos y empresas los dueños de estos (los bancos) se llenan la boca hablando de beneficios, y los empresarios, diciendo que la culpa del desempleo la tiene la dificultad que tenían para despedir gente.
Ya han conseguido lo que deseaban, se acercan años muy oscuros para la clase trabajadora española.