Hace 15 años | Por kikuyo a blogs.publico.es
Publicado hace 15 años por kikuyo a blogs.publico.es

"Uno de los momentos más inquietantes de la vida de un científico profesional es cuando recibe la visita de un joven que le solicita la dirección de su tesis doctoral. Un científico de casta lo primero que ha de exigir a un doctorando es que sea, al menos potencialmente, más brillante que él. Sorprendería al lector saber que muchos investigadores temen, a modo de Dédalo, que un discípulo le pueda hacer sombra en el futuro..." [Nota: Dédalo asesinó a un discípulo por ser más brillante que él]

Comentarios

D

"La historia que nos cuenta hoy, como metáfora de la audacia de ciertos científicos (particularmente los jóvenes que empiezan), me ha recordado al andaluz Abbás Ibn Firnas (Ronda, 810 - córdoba, 887), el primer osado que intentó volar, eso sí, con fundamentos científicos (o casi), varias centurias antes de que el gran genio del Renacimiento, Leonardo da Vinci, ideara sus máquinas voladoras.
Ibn Firnas fue un personaje extremadamente curioso y atrevido; filósofo, astrólogo, alquimista y poeta. Vivió en la Córdoba de la dinastía de los Omeyas y, entre otros méritos, fue el primero en utilizar en España las tablas astronómicas indias, pionero en eldesarrollo de la técnica del tallado del cristal de roca, constructor de un curioso y complejo reloj de agua así como de la primera esfera armilar europea. Además construyó un planetario en su casa que incluía efectos sonoros y visuales.
Pero, sobre todo, es recordado (fundamentalmente en el mundo árabe, porque en nuestro país es un ilustre desconocido) por haber intentado volar. Ibn Firnas se jugó la vida en el año 875 cuando se lanzó desde una torre de Córdoba imitando a los pájaros. Se cubrió el cuerpo con un traje de seda cubierto de plumas y construyó un par de alas con una estructura de madera y con tela de seda recubierta también de plumas de rapaces. Parece ser que se fracturó las piernas en la caída pero logró planear sobre el valle unos diez minutos; de manera que el vuelo puede considerarse un éxito. Según se cuenta, se lastimó el trasero, ”ya que no se había dado cuenta que los pájaros, al posarse, se valen de su cola y él no se había fabricado cola”.
Ibn Firnas es casi un héroe en los países árabes: Libia emitió un sello con su efigie; en la carretera del aeropuerto internacional de Bagdad hay un monumento dedicado a él (donde aparece con alas) y también en las proximidades de la capital iraquí un aeropuerto lleva su nombre. El reconocimiento internacional le vino cuando un cráter de la cara oculta de la Luna se bautizó con el nombre del científico andalusí.
Yo lo llamé ”el científico alado”, aunque muchos lo habrían llamado, probablemente, ”el científico chalado”. Tal vez arriesgó demasiado, pero hay mentes inquietas que están dispuestas a casi todo.
Para saber más: http://devenirdelaciencia.blogspot.com/2009/02/ibn-firnas-el-cientifico-alado.html.
Saludos y ánimo a los intrépidos (eso sí, sin jugarse el pellejo).
Bernardo Rivero."

Primer comentario,extraído del blog.Interesante.

D

#1 Interesante, pero a mí me ha recordado a los lores Sith y sus aprendices. Cosas de friki lol